La tortuga mora tiene la culpa de las obras del AVE, según el PP

Juan Torrijos
23:23 • 16 mar. 2016

Y de paso la Junta de doña Susana que no ha conseguido todavía cambiar de ubicación a la susodicha tortuga mora. Hace unos días les contábamos que los señores del PP (Matarí-Gonzálvez) se fueron a Madrid a meterle prisas al Ministerio de Fomento, ahora que están a punto de irse del Gobierno. Increíble pero cierto. No se quedaron contentos con la tentativa y lo último que nos ha dicho nuestro diputado popular y portavoz de su partido en las Españas, Rafael Hernando Fraile, es que las obras no se han iniciado de nuevo por culpa de las tortugas moras. Las pobres mías están ocupando unos terrenos por donde tienen que discurrir las vías, y claro, mientras ellas sigan allí no pueden iniciar los trabajadores la colocación de nuevos raíles. ¿Y quién tiene que quitar y ubicar a las tortugas en otra dorada morada almeriense? Doña Susana Díaz, socialista ella y presidenta de la Junta. Conclusión a la que nos quieren llevar desde el PP, que si las obras del AVE no están en marcha, o no comienzan el próximo mes de junio es por culpa de la Junta, del PSOE y de doña Susana. Si reducimos al absurdo el argumento, no le falta parte de razón al mismo, estarán de acuerdo conmigo. 
Supongo que debe haber millones de “tortugas mora” en el lugar y que para retirarlas necesitan las firmas de los ecologistas, la autorización de un juez y encontrar un hábitat donde ubicarlas de nuevo. Para ello hará falta una comisión entre los sectores políticos, ecológicos y sociales, incluidos los sindicatos de las tortugas mora, que realice un informe sobre la conveniencia de los movimientos y su impronta en la vida de los protagonistas. No se puede poner en peligro la vida de estas tortugas por un tren que puede cambiar su recorrido sin molestar a la madre naturaleza y a sus hijos. En este caso hijas. Y mientras no se tengan todos los permisos y el traslado y mudanza de las tortugas y todos sus enseres no seas una realidad, según el PP no pueden comenzar de nuevo las obras. ¡Madre mía!
Parecen niños estos padres de la patria queriendo jugar con nosotros como si estuviéramos en el patio del colegio en que han convertido sus señorías las instituciones y sus comportamientos. ¿Es mucho pedirles algo más de seriedad? No siga por ese camino. Sería pedirles demasiado. Pues nada, que sigan así.


 







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