La luna de Carlos

Cuando aún resuenan en el firmamento  las voces y las letras de sus eternas canciones en boca de tantos colegas, intérpretes y artistas, la presencia del cantor de cantores andaluces se hace más evidente, más intensa, e irradia su compromiso por doquier. A poco más de una semana después del concierto-homenaje “Carlos Cano cumple 70”, los ecos universales del público reconocimiento certifican la acertada decisión de hacer valer la vigencia de mucho más que el rico mensaje de unas letras o la estética de unos acordes musicales. 

Legado de Carlos Cano Como en otras muchos ámbitos de esta olvidadiza Andalucía, ha tenido que ser la familia del cantautor quien haya cogido la deuda de todos por derecho y de alguna forma poner de manifiesto que la obra y el legado de Carlos Cano permanecen emergentes de manera inequívoca, precisamente cuando la realidad que pisamos reivindica personalidades de la integridad, la generosidad y la solidaridad del protagonista de este reciente aniversario de cumpleaños. Un acontecimiento en el  que ,como ha afirmado  Amaranta Cano, hija del cantautor y presidenta de la Asociación Memoria Carlos Cano, en un comunicado de agradecimiento, “ sentí a mi padre, sentí a Carlos Cano y lo sentimos en cada una de las voces que se sumaron al homenaje, lo sentimos en cada aplauso de un público transversal e intergeneracional que no quiso perder la oportunidad de mostrar su respeto a este gran artista andaluz y universal que fue y es Carlos Cano”. 

Canciones  Dice Amaranta que las canciones de su padre sonaron nuevas y el amor que se respiraba en el acto les ha dado energía para seguir en la tarea de reivindicar la memoria y todos los valores que defendió en su obra Carlos Cano. Tres lustros después del fallecimiento del autor de “La murga de los currelantes” ha quedado más que evidente la pujanza, la fuerza , la vitalidad y la vigencia de este referente moderno de la identidad cultural de Andalucía. Gracias al amor  de Alicia, Amaranta y Paloma, Carlos Cano no se bajará de la luna, su luna, nunca.