Nos quieren tomar el pelo

José Luis Sánchez Teruel
23:26 • 16 abr. 2016

Se mire por donde se mire, se pongan las excusas que se pongan, lo que ha ocurrido durante la pasada legislatura con el ferrocarril en Almería no tiene nombre. Resulta imposible pasar por alto los cuatro años de desplantes que el Gobierno de Rajoy le ha propinado a la provincia.  Por eso, que la ministra de Fomento, Ana Pastor, haya anunciado -en este tiempo de descuento en el que se encuentra el Ejecutivo del PP- que el próximo jueves se reunirá en Almería con la Mesa en Defensa del Ferrocarril, no deja de ser, como se suele decir, un brindis al sol. Sobre todo, porque sabemos que va a aprovechar una visita que tenía planificada ese día al nuevo dique de Poniente del Puerto de Almería para ‘decorar’ su estancia en la capital con una foto de recuerdo junto a los representantes de la Mesa. 
La falta de entusiasmo de la ministra con este asunto se hace más notable, si cabe, si tenemos en cuenta que justo dos días antes la Mesa del Ferrocarril se desplazará hasta Madrid para embarcarse en otro penoso viaje – de nada más y nada menos que siete horas- sin que haya trascendido que a Pastor se le haya pasado por la cabeza recibir a los representantes de la Plataforma en la capital de España, que sería lo razonable. 
Sí tendrán la oportunidad, en cambio, de mantener un encuentro con el Presidente del Congreso. De la misma manera que la presidenta de la Junta de Andalucía recibió a la Mesa en la sede del Parlamento andaluz, la ministra de Fomento, les dará la espalda en las Cortes a sus representantes. Esa es la gran diferencia entre unos y otros. Frente al compromiso de Susana Díaz y Patxi López, observamos con perplejidad la espantada de Ana Pastor, por no hablar ya del propio presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
La visita de la titular de Fomento tendría, en todo caso, cierto sentido si su Ministerio no estuviera enredando con el tramo de AVE adjudicado el verano pasado entre Pulpí y Cuevas del Almanzora y en el que, ocho meses después, no se ha movido ni una sola piedra. El Gobierno y los dirigentes provinciales del PP se escudan en el traslado de las tortugas moras – una especie protegida- que se ven afectadas por el trazado, cuando la realidad es que si no se han comenzado las obras es porque el Ministerio de Fomento no ha terminado de expropiar los terrenos para colocar las vías. Es decir, no han realizado el trabajo previo que tendrían que haber hecho, y tiempo de sobra han tenido. Por lo tanto, no estamos ante un problema de carácter ecológico, sino ideológico; de voluntad política, sin más. 


 







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