Mi sobrino Miguel me ha prestado un libro que se titula: ‘Emocionario. Dí lo que sientes’. Enseña a la gente pequeña, como le gusta llamar a Gustavo Duch, a descubrir, identificar y diferenciar “las emociones que son estados afectivos innatos y automáticos”, dice el prólogo del libro: “los sentimientos son la toma de conciencia de esas emociones que sirven para expresar, de forma racional nuestro estado anímico”. El itinerario emocional termina con el agradecimiento. Hoy 23 de Abril, Día Internacional del Libro, en el Museo Arqueológico de Almería presentamos el libro ‘Fondo de mar’, editado por la Editorial ‘Espacio Lector Nobel’ de Rodolfo Criado, una recopilación de las cien primeras columnas del ‘Jardín del Mar’, publicadas en LA VOZ DE ALMERÍA, cultivando mi latir emocional durante dos años de mi vida cotidiana; y os tengo mucho que agradecer.
“El agradecimiento es la memoria del corazón”, dice Lao Tsé, pero para el ser humano es más fácil recordar el rencor, el enfado y las frustraciones que se nos van acumulando minándonos la vida, en lugar de recordar el agradecimiento. Recordamos más fácilmente quién nos hizo daño en vez de quién nos aporta algo, quién nos nutre o nos ayuda. Cada vez nos cuesta más dar las gracias a quién nos da sin esperar nada a cambio. O incluso somos tan retorcidos en nuestro imaginario que recordamos quién nos debe gratitud en lugar de dar la nuestra.
E imitando con descaro al poeta Oliverio Girondo os doy las gracias: Gracias azul, placer, árbol, ciudad, democracia. Gracias sed, inquietud, laberinto, decepción, montañas y bosque. Gracias jardín, placer, mar, amor, fondo, fraternidad, música, mariposas y frustración. Gracias desierto, texturas, deseo, micorrizas, plaza, alas, poesía e inseguridad. Gracias utopía, palabras, agua, forjado, lágrimas, paisaje, atún, desayuno, sonrisa, cuidados, afecto, semilla, estigma, redes y Mediterráneo. Gracias a la luz, las posidonias, la alegría, las voces, a la tierra, la ternura, a la vida, al atardecer y a compartir. Gracias sal, Planeta, empatía, soledad, seres mitológicos, vivencias, compromiso, dolor, desamparo, abrazos y peces. Gracias. Gracias a las mujeres, a la Naturaleza, las jardineras, al desaliento, a la solidaridad, a la arena, al tiempo y a la ilusión. Gracias duda, canción, juventud, ideas, bondad, clorofila, vecindario, hermosura, colibrí, mirada, siesta, sudor, desamparo, sábado y luna. Gracias fantasía, octubre, dunas, activistas, verde, morado, muniras, sueños, sororidad, futuro, fotosíntesis, caracola, contemplación y política. Gracias. Gracias piel, igualdad, nostalgia, tesoros ocultos, manos, ceguera, vida y mañana. Gracias a los conmovidos y conmovidas por leerme cada semana en mi intento “de dejar el mundo en mejores condiciones de lo que lo encontramos”.
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