Tres cintas, tres discursos y un hospital

Jose Fernández
01:00 • 01 may. 2016

Uno entiende que el discurso político de todo signo propugne y sostenga la igualdad entre todos los ciudadanos-contribuyentes, porque esa es una de las bases de la necesaria democracia. Ahora bien, del mismo modo que paga impuestos, el ciudadano piensa y deduce.
Y esto, que también es algo básico, no termina de cuajar en el obrador de la confitería mediática de la Junta, que programa sus actos oficiales como si Andalucía fuera un lazareto de pacientes con las facultades mentales disminuidas.
No exagero. Hace unos días el consejero de Justicia, Emilio de Llera, llegó a calificar de “enfermos” a los votantes de Podemos. Y el tío sigue de consejero a la hora de escribir estas líneas. Pero no nos desviemos. Como les decía, en el corazón de San Telmo están convencidos de que los andaluces somos, por naturaleza, unos mamertos. 
Sólo así se entiende que la presidenta de la Junta tuviera el cuajo de decir, en la inauguración del Hospital de Loja, que “para que los andaluces seamos iguales hay que garantizar la igualdad en salud”.
 ¿Cómo puede hablar de igualdad la presidenta de una comunidad que ha convertido al hecho diferencial y al escalafón de prestaciones en dos de sus principales señas de identidad? 
Habría que recordar a Doña Susana que los almerienses tenemos un tercio menos de médicos por persona que los sevillanos, mientras que Almería es, por ejemplo, la provincia que cuenta con mayor número de aulas prefabricadas de toda Andalucía. 
¿Es eso un modelo de cohesión autonómico? Pero lo más gracioso de todo esto es que las declaraciones de la presidenta Susana Díaz tuvieron lugar en el Hospital de Loja (Granada), centro sanitario que han inaugurado, con ocho años de diferencia ¡los tres últimos presidentes de la Junta! Chaves en 2008, Griñán en 2011 y Susana Díaz hace unos días. 
Tres cintas, tres discursos y un mismo hospital. Ya ven que decir que la Junta toma a los andaluces por tontos es una manera suave de decir las cosas. Y también que es posible hablar del caos sanitario en Andalucía sin mencionar el hospital materno-infantil de Almería.







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