Con una Constitución española que pone en la base la soberanía ciudadana como carta de marear para solventar cualquier escollo ideológico, los partidos políticos prefirieron salir en busca de sus propios intereses. Por eso no se entendieron. Esto no es una opinión mía sino un hecho objetivo. Ahora ya no vale echarse la culpa como los niños en el patio de recreo. En realidad todos fueron responsables.
El político que más ha hablado de la sensatez fue Rajoy. Por aquello de “ganar las elecciones”, cosa que no es verdad, creyó que los demás eran extremistas, radicales, bolivarianos y gente sin sustancia. Nuestro Presidente destaca la creación de empleo como logro de su mandato pero calla la corrupción que últimamente nos hecho pensar en Chicago, años treinta, por la profusión de espías dobles en algunas provincias.
En este plan, buscar un pacto de Gobierno tiene miga. Rajoy dijo aquello que hubiera firmado Don Tancredo ante el toro: “A veces la mejor decisión es no tomar decisiones”. Qué bien. Así se libraba de tener que dar explicaciones en el Congreso y más aún de cargar con la responsabilidad política del lodazal. A medida que surgían más casos de escándalo, Albert Rivera empinaaba la maza cada vez con más furia contra el Partido Popular. ¿Cómo iba a venir la regeneración democrática con la banda que andaba por los juzgados por los juzgados sospechosa de llevárselo crudo?
Los demás partidos hablaban de otra sensatez. Preconizaban un Gobierno progresista de cambio que tampoco fue posible porque tanto Podemos como Ciudadanos eran excluyentes entre sí y Pedro Sánchez, candidato del PSOE, necesitaba sumar escaños.
El uno decía: “Con los bolivarianos que han fracasado en toda Latinoamérica no podemos hablar”.
Y el otro respondía: “ Con esta s segunda casta que le ha brotado al Partido Popular por los costados salimos de Málaga y vamos a Malagón”.
Rajoy parece contento. Ojito a la nueva sensatez.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/105658/teoria-sobre-la-sensatez