Diputado por lo civil o por lo militar

Emilio Ruiz
01:00 • 12 may. 2016

Los afiliados y simpatizantes almerienses de IU vivían en los últimos tiempos en una profunda depresión tras los pobres resultados de las últimas elecciones generales y, principalmente, tras los resultados de las últimas elecciones autonómicas. La labor de Rosalía Martín como diputada por Almería en el Parlamento de Andalucía no merecía, a juicio de las bases y de los dirigentes de la coalición, más que la mejor calificación, y lo menos que podían esperar era que los electores les pagaran de esa forma. Ellos, los simpatizantes y afiliados, sabían que la sequía electoral no era más que la consecuencia del “Efecto Podemos”, que estaba devastando los territorios de IU, no solo en Almería y en Andalucía, sino en toda España.
Tras ese periodo de depresión, la ilusión retornó a las huestes de IU en Almería cuando se supo que Alberto Garzón estaba a punto de cerrar el acuerdo de confluencia con Pablo Iglesias. Hacia mucho tiempo que los dirigentes almerienses de IU no desplegaban tanta actividad como en ésta en que había que ratificar el principio de acuerdo suscrito entre ambos. Por primera vez en la etapa democrática IU Almería comenzó a albergar la esperanza de ver a uno de los suyos  sentado en un escaño en el palacio de la Carrera de San Jerónimo, sobre todo una vez que se supo que David Bravo renunciaba a encabezar de nuevo la candidatura de Podemos por Almería.
La confirmación, ayer, de la designación del exjefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) José Julio Rodríguez como cabeza de candidatura por Almería de la confluencia Podemos-IU ha sido un tremendo guantazo a las ilusiones de las bases almerienses de las dos formaciones. Para las de Podemos, porque, tras el agravio del 20-D, creían que la humillación a la que fueron sometidos colocándoles al abogado sevillano, esta vez no se iba a repetir. Y para las de IU, por lo ya apuntado: la fuerte estructura provincial de IU aventuraba la esperanza de ver cómo salía de su formación al cabeza de lista por Almería.
Alguien dijo alguna vez que la política es el arte de lo imposible. En política, lo que una vez se hace mal, a la siguiente vez se puede hacer aún peor. Si la nominación de David Bravo fue un despropósito,  ¿cómo hay que calificar la nominación del exgeneral? ¿Cómo una desconsideración? ¿Una humillación?
En la dirección nacional de Podemos –y no digamos en la provincial- siempre se ha criticado la presencia de candidatos paracaidistas. Rafael Hernando, el diputado almeriense del PP, natural de Ciudad Real, ha sido vilipendiado hasta la extenuación en las redes sociales por los simpatizantes izquierdistas. Tras la imposición de David Bravo, las críticas diezmaron, y, en una operación de travestismo político, el secretario general de Podemos en la provincia, Antonio Heras, llegó incluso a afirmar que muy difícilmente Almería podrá tener un diputado tan valioso como el abogado sevillano. Con la nominación del Rodríguez, ¿cuál será el disfraz que se va a colocar Antonio Heras?
“Con Julio Rodríguez Almería volverá a estar bien representada en las urnas”, dice, no sé si sarcásticamente, Íñigo Errejón. Habrá que ver la cara que se les pone a algunos militantes almerienses de IU –y también de Podemos- cuando se vean obligados a hacer campaña en favor de quien se considera un defensor a ultranza de la OTAN y de la implantación en Andalucía de bases norteamericanas. Cosas veredes, amigo Sancho…







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