Cinco años no son nada

Kayros
01:00 • 17 may. 2016

Ayer la Plaza del Sol de Madrid volvió a llenarse, como hace cinco años, de gente de todas las ideologías, principalmente de izquierdas y de sus múltiples  derivaciones. Si hubiera alguna palabra para aglutinarlos a todos, esa sería la de inconformistas que no  se sienten representados por los partidos al uso. Vimos algunos líderes de Podemos, el grupo que se considera heredero de la gran flamarada iniciática, pero ni Errejón ni Monedero cayeron bien entre la multitud, más bien todo lo contrario, se oían gritos  para que abandonaran  cualquier protagonismo escénico. 
En otra secuencia vimos al Papa laico, Julio Anguita, abrazándose fervientemente con Pablo Iglesias, quien parecía emocionado. No sé qué se dirían entre ellos, pero los anuncios rodantes de la tele hablaban del año 1977, el año en que Anguita  en su duelo  constante contra el PSOE, echó a rodar aquello del sorpasso. Ya ven que no se acaba nunca la lucha más o menos solapada entre comunismo y socialdemocracia. Esta situación de parálisis no puede por menos  que ser  bendecida por la derecha. Si en otro tiempo benefició a Aznar; ahora sería Rajoy el señalado por la suerte; bien puede  repetir que si exceptuamos al  suyo ,  el resto de los partidos ni son sensatos, ni moderados ni serios. Faltaba Esperanza Aguirre que comía  como una reina  con Bertín Osborne, no sé en  casa de quién. Entre plato y plato, nuestra Esperanza introdujo una primicia informativa. Dijo que no se había retirado de la política por Podemos. O sea el miedo que guarda la viña. 
El peligro se cierne sobre la buena vida de la derechona. Españoles acudir. Será difícil que este país salga de sus principales problemas, si cada vez que  es posible un  salto  adelante,  aparece Franco y l os Cuarenta de Ayete. Se comprende que la derecha tenga amor a sus privilegios. Tu hablas en confianza con un señor del PP y éste te admite lo de la corrupción. ¡Si lo sabrán ellos! Ahora bien, no querrá la izquierda que le sirvan el poder en bandeja. Hay que trabajárselo. Y lo primero es la unidad de todos los que desean  de verdad un cambio en este país. ¿ Qué es eso de os tiendo la mano pero me tienes que dar la vicepresidencia del Gobierno y unos cuantos ministerios. Pero por el amor de Dios, ¿no conocéis todavía cómo se las gasta  el partido conservador?







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