Se llama estereotipia al procedimiento para reproducir una composición tipográfica, si bien en sentido figurado lo que significa más bien es el uso algo torpe de un gesto, una acción , una palabra o una frase. Dentro del uso ordinario del lenguaje nos encontramos todos los días con frases hechas que son como las hojas muertas de un paisaje otoñal mil veces repetido.
Quien más quien menos, todos hemos utilizado bazofia retórica para escapar de una situación comprometida. Así cualquier político de los que están siendo investigados por corrupción o por lo que fuere, te dirá ante una preguntas más o menos indiscretas de los periodistas que tiene la conciencia tranquila y que piensa dejarse la piel por colaborar con la justicia. Puede que alguno lo haga, no digo que no, pero ¿quién se atrevería a decir que son todos tan respetuosos? Se dice que la justicia es lenta por falta de medios pero también hay que atribuirlo a la escasa colaboración del presunto delincuente. Por ejemplo, de aquella mano oculta que presuntamente rompió a martillazos los ordenadores de Génova, ¿podríamos decir que su interés era colaborar con la justicia? ¿Por qué se ha alargado tanto en el tiempo el Caso Gürtel? El juez que primero se encaró con la complicada instrucción del caso valenciano fue Garzón; hoy sabemos bien cómo terminó fuera de la profesión. A lo largo de los meses fueron viniendo otros jueces que tampoco han tenido fácil su trabajo. Por lo tanto decir que quieren colaborar con la justicia no pasa de ser un estereotipo algo hipócrita.
Otra cosa distinta es cuando la sentencia favorece al investigado. Entonces se oyen frases de un acatamiento que hace llorar de emoción como el inefable “siempre he creído en los jueces”, “ estaba seguro de que tenía razón, etcétera”. En este momento tenemos en el candelero el caso del juez José de la Mata, quien como ya sabe todo el mundo, obligó al PP a pagar 1,2 millones por las acusaciones de Bárcenas. El partido dice ahora que no suelta un euro apalancado en la presunción de que de la Mata tiene aires socialistas. Rafael Hernando llama a esto “tufillo”. Caray, si por tufillos remotos o cercanos fuera tendríamos que ir a las urnas con una pinza de tender la ropa en la nariz. Déjense de tonterías y abran paso a la Justicia como corresponde a un partido de orden como el PP.
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