Las matronas del general

Un Estado de Derecho es un Estado de derechos. El General podemita ha pasado de máximo garante del sistema a combatiente contra el mismo. Según él, el prob

Fausto Romero-Miura Giménez
01:00 • 29 may. 2016

Ha muerto Marco Pannella, fundador y líder histórico del Partido Radical italiano. 
Desde muy joven me atrajo su discurso –y sus obras: cientos de Referéndums (divorcio, prisiones, despenalización de las drogas blandas), incontables huelgas de hambre, etc.- en defensa de los derechos civiles. Me defino como un radical liberal de centro.
Tuve el privilegio, en plena dictadura franquista, de conocer la libertad: que Anna María, italiana, y yo, fuésemos novios desde muy jóvenes me hizo conocer lo que era un país que vivía en democracia. Recuerdo aún el sentimiento emocionado de la primera vez que vi, en Nápoles, la calle convertida en un caudaloso río humano de banderas rojas.
En esencia, descubrí que ser ciudadano libre y no súbdito era lo normal. Y que un Estado de Derecho es un Estado de derechos cuyo ejercicio es instrumento y efecto de la democracia.
Pannella fue el apóstol perpetuo de esos derechos civiles: “con dos pistolas cargadas con balas de fogueo y una cesta llena de palabras”, le cantó en su funeral civil Francesco De Gregori. 
Y un referente moral jamás cuestionado: “un protagonista de la vida política sin haber estado nunca vinculado al poder”, lo ha definido el Presidente de la República. Y hasta el Vaticano ha destacado su “importante herencia espiritual y humana y su lucha generosa por los más débiles y necesitados... Como dijo su compañera Emma Bonino, “lo echarán de menos hasta sus adversarios, porque aportó a la política grandes dosis de pasión, compromiso, sentido de las instituciones, respeto por las reglas y, sobre todo, por el adversario”. ¡Igual que Aznar con su propio partido...! 
El Radical no es un partido ideologizado, sino puntual: “Yo no creo en las ideologías. La ideología se la construye cada uno con lo que le sucede en la vida, incluso por azar”,   dijo Pannella hace más de cuarenta años. Con sus blasfemias políticas hizo moderno y avanzado en derechos civiles un país políticamente anciano y prisionero de la “casta” eterna. 
En esencia, Pannella era un líder. 
En  España, carecemos de líderes: desaparecidos de la escena Suárez, Felipe, Carrillo, Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, no hemos tenido un líder. 
Y, desde que se reinstauró la democracia, sólo el CDS de Suárez nació vocación radical, pero fue flor de un día. Podemos no es ni podrá ser, en absoluto, un Partido radical: niega la libertad, y la esencia del Partido Radical es la defensa a ultranza de la libertad -“León de la libertad”, ha dicho de Pannella el primer Ministro- para, con esa libertad, poder reclamar los derechos de los ciudadanos. Ser libre para poder ser. 
¿Lo es el General podemita José Julio Rodríguez, desterrado a encabezar su lista por Almería? 
Ha sido Jefe del Estado Mayor de la Defensa, es decir, el Jefe operativo de los Ejércitos españoles. Formado en Gran Bretaña y Reino Unido, y alto Jefazo de la OTAN, me sorprende su drástico cambio de planteamiento vital: de máximo garante del sistema a combatiente contra el mismo. Pero soy respetuoso con las decisiones de las personas y con las razones que las conducen a adoptarlas. En los sentimientos no se manda; el corazón tiene razones que la razón no entiende.
I.U. de Almería ha reaccionado de manera muy airada con lo del mono Amedio. No tiene razón: la causa de que el General del Aire haya llegado como paracaidista a Almería sólo es la irrelevancia política nacional de I.U. de Almería. Y me apena la desaparición de un Partido histórico, el PCE, con una larga y auténtica trayectoria moral. 
Y vuelvo al JEMAD: tras toda una vida embutido en un uniforme, que vestía con prestancia, el pecho lleno de condecoraciones, no debe ser fácil pasar a zapatillas, vaqueros, camisa por fuera y mochila, como lo vi el otro día en las cercanías del kiosco Amalia. Pero ¡cá uno es cá uno!
No dudo –en un militar, no cabe hacerlo- de su vocación de servicio, en este caso, a Almería, su nuevo destino. Pero ¿qué servicio? Porque pasar de militar de férrea disciplina a político –el grado máximo de la incoherencia ideológica y olvido de la palabra dada- no debe ser fácil en absoluto. De ahí, que no pueda extrañar que diga idioteces, imperdonables en un político. Y, al menos, le he visto decir una muy gorda: el miércoles, día 25,  en “Los desayunos de TVE”: “Con Almería no tengo ninguna implicación personal, es verdad. Pero puedo ser un efecto multiplicador para tratar de solucionar sus problemas. Por ejemplo, Almería es la provincia que menos matronas tiene en Andalucía, y Andalucía, en  España”.
¿Es, eso, lo que ha aprendido, y, ése, el principal problema de Almería, ha confundido el AVE con una cigüeña? Si se produce el efecto multiplicador de las matronas, ¿prevé también el General multiplicar el número de almeriensillos?


Eva Almaya Fue una experiencia emocionante ir a una función de teatro en compañía de la madre de la artista, María del Mar Agüero, mi prima,  “Antoñita la fantástica”, que ha educado a sus hijos en la libertad absoluta para elegir el rumbo de sus vidas. La experiencia fue emotiva porque, además, Eva es una actriz que llena el escenario con su naturalidad y vis cómica, y soy el marginado Presidente de su Club de Fans, una broma que empezó en el momento mismo en que dijo eso de “Mamá, quiero ser artista”. 
Fui feliz.


Pantaleón vaquero Cuando Almería celebraba el Corpus en su día, uno de los jueves brillantes, se reunía un gentío en la Puerta de Purchena. 
Hace años, el canónigo D. Juan López interrumpió la liturgia y dijo con su potente voz: “Atención, atención, se ha perdido un niño que se llama Pantaleón Vaquero”.
La gente, claro, se puso a buscar al niño. Y, en esas, volvió a oírse la voz de D. Juan: “Atención, Atención, el niño que se ha pedido no se llama Pantaleón Vaquero. Es que lleva pantalón vaquero”. 
Me acordé el jueves.




El Cañarete Esa culebrilla que repta bordeando la falda de los cerros es la Carretera Nacional 340, la que lleva desde Portugal a Francia. Y debería llevar desde Almería a Aguadulce… y viceversa.
El día de los difuntos del año pasado la sepultaron  los pedruscos y, desde entonces, ha sido una tortura de abrecierraabre. Parece que, al fin, pasado mañana se abre sin restricciones. ¿Nos lo creemos? En todo caso, se debería a la tenacidad de Andrés García Lorca, el eficacísimo y tenaz Subdelegado del Gobierno de España.


 






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