Dios bendiga a los que abren túneles, levantan muros, abren nuevas vías y en suma, comunican carreteras con piedras y acantilados .Mi sincera felicitación a empresas constructoras , a ingenieros audaces, a autoridades responsables , a obreros, albañiles , técnicos y operarios de toda suerte.. En una provincia donde no suelen abundar las buenas noticias sobre comunicaciones terrestres , señalemos con piedra blanca la inauguración del Cañarete. Se ha abierto por fin al tráfico en la N. 340, allí donde más pedruscos gigantes caían poniendo en peligro nuestra vida. Sobre esto el pueblo vulgar ha dicho estos días demasiadas cosas raras.. Que si eran las cabras, que si era la lluvia… buff.
Hoy es un día de alegría. Saludamos al nuevo Cañarete coincidiendo precisamente con la inauguración del tren ferroviario más largo del mundo. La primera vez que ví el Cañarete fue en una vieja estampa de los años treinta. Era una diligencia tirada por tres mulas tordas que hacía el trayecto Almería – Adra. Era el famoso correo que luego sería sustituido por el autobús. Tuve tiempo de conocer aquellas viejas alsinas donde vino a Almería Celia Viñas. Yo también recuerdo a la gente de los pueblos que íbamos atravesando cargada de cestas con gallinas y conejos. Todavía seguimos pidiendo mejores comunicaciones. Ahora es el AVE, claro, el tiempo no pasa en vano, pero no perdemos el estigma de provincia mal comunicada. Por eso resulta toda una fiesta para nosotros cuando algo comienza a funcionar.
Desde hoy, en todos los sentidos y a todas horas, nuestra ALSA del alma no dará la vuelta por culpa de las piedras en el camino. Desde hoy los que vivimos en Aguadulce tenemos la capital mucho más cerca. Para muchos de nosotros la razón de comprarnos una casa aquí fue más o menos por su cercanía con la ciudad. Aquí la farmacia, el trabajo, los bancos, los amigos, las buenas o malas noticias eran cuestión de minutos. Comprenderán entonces nuestro dolor de acantilados. Insisto: Muchas gracias a todo el que haya tenido algo que ver en la realización de esta obra. Como esos enfermos a los cuales acaban de extirparle un tumor y luego todo son cartas en los diarios en agradecimiento a los médicos, así estoy yo por la puesta a punto del Cañarete. Salud y suerte.
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