¡Lo que faltaba!

Kayros
01:00 • 09 jun. 2016

Escándalo se llama hoy a  la tentativa de Pablo de Iglesias de apropiarse de la etiqueta socialdemócrata del PSOE. Es normal que los socialistas malhumorados pongan su grito en el cielo. Podemos no es un partido de analfabetos. Lo fundaron, como se sabe, un grupo de profesores universitarios. Y ellos saben bien que, unidos  al Partido Comunista para las elecciones del   26 Jota, producen rápidamente un socavón histórico que necesita ser compensado de algún modo. Las palabras no están limpias de viejas galopadas polvorientas a lo largo de los siglos. La compensación, pues,  es decir ahora que Podemos es una real socialdemocracia. Ahora bien, ¿en qué consiste esta  ideología? Los manuales la definen como el tránsito del capitalismo al socialismo a través de reformas graduales. Sabemos que e l  partido socialdemócrata alemán se funda  en 1875. A finales del siglo XIX Bernstein corrige algunas hipótesis de Marx sobre la depauperación progresíva del proletariado. Su momento cumbre lo tiene en la II Guerra Mundial fundándose en la teoria keneysiana  de la internvención estatal de la economía. Aquí  en España todo comenzó con la renuncia al marxismo de Felipe González, una influencia escandinava  que le forzó a dimitir como secretario general del PSOE. Tras el intento de golpe de Estado y tras la debacle de la UCD, la ascensión al poder del socialismo moderado, como se decía entonces, fue un éxito constatado por los mejores analistas. No se comprende que la derecha siga todavía en este país metiendo miedo con Carlitos Marx. Y todavía se entiende menos que los partidos de izquierda no sean capaces de unirse para echar a Rajoy de la Moncloa. O las palabras no significan lo que dicen  o aquí nos están masacrando con eufemismos de trilero o juegos malabares. ¿ Cuántas  veces no habrá dicho Pablo Iglesias que su enemigo a batir es el PP? ¿Cuántas no habrá  repetido que, que pese a todo, sigue tendiendo la mano a Pedro Sánchez, compañero de  progreso? Tan difícil es poner de acuerdo a los que ya lo están por el cambio. Entre las muchas discusiones que ya padecemos diariamente faltaba ésta de la socialdemocracia, lucimiento profesoral de tertulianos, conferencias magistrales para el culo caliente y la cabeza fría.







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