Por un (buen) puñado de indecisos

Antonia Sánchez Villanueva
13:24 • 10 jun. 2016

Si damos por buena la letanía recurrente en el argumentario de todos los partidos en tiempos electorales de que “las encuestas son solo una foto fija” del momento, debemos convenir que la secuencia acelerada de fotos fijas de unos meses hacia acá ha acabado convirtiendo la radiografía de intención de voto en una imagen en continuo movimiento. Tanto, que, sin haber ido los ciudadanos a votar todavía, el PP ha vuelto a ganar los comicios con más diputados que en diciembre y también con menos, la coalición Unidos Podemos ha consumado el sorpasso al PSOE por muy poca diferencia y por muchos enteros, el PSOE ha minimizado el fantasma de caer a la segunda posición y se ha hundido en su peor pesadilla, y Ciudadanos se ha confirmado como opción bisagra de gobernabilidad y también se ha diluido en sus aspiraciones. Y todo, insisto, sin que los españoles hayamos hablado aún (donde debemos hacerlo) y a pocos días del desenlace real de esta película.


Bien es cierto que las encuestas dan pistas. Las escrutamos con lupa los periodistas, los analistas pero, sobre todo, las maquinarias de los partidos. El sondeo del CIS, un clásico en el arranque de las campañas, es tenido en cuenta por todos, aunque todos le pongan reparos. ¿Y qué nos pronostica el CIS el 26-J? De partida, un escenario que sí está siendo lugar común en esta sobredosis de encuestas: Rajoy y los suyos volverían a ser los más votados, el tándem Podemos-IU tendría éxito en su aspiración de desplazar al PSOE, y tanto los socialistas de Pedro Sánchez como la formación naranja de Albert Rivera no verían premiados sus intentos de haber salvado la fallida XI legislatura.


Dicho esto, el arco parlamentario que configura esta prospección es tan endiablado como lo fue el de diciembre. Endiablado no solo en lo aritmético, también -y sobre todo- en la difícil tesitura en que deja a todas las formaciones ante la toma de decisiones para formar alianzas. ¿A quién apoyaría el PSOE? ¿A un Mariano Rajoy a quien culpa de todos los males del país o a un triunfante Pablo Iglesias que busca desterrar a los socialistas del mapa político español? ¿A quién se dirigiría Rajoy si Rivera no le suma escaños suficientes? ¿A los nacionalistas catalanes? Un déjà vu.




La clave de esta y de otras encuestas hay que buscarla en los datos que sirven de palanca para activar el efecto movilizador del electorado. La del CIS contempla las opciones de voto en las que se mueven quienes aún no tienen decidida su papeleta. Y ahí el PP es el que más se juega, en disputa de un 10% del electorado indeciso con Ciudadanos y un 9% con el PSOE. Los socialistas también encuentran en la estadística una bombona de oxígeno en forma de casi un 9% y un 7,5% de posibles votantes a pelear con Ciudadanos y con Unidos Podemos. Quedan quince días de esfuerzos para captar esos votos tan volátiles como determinantes. No les quepa duda de que todos han tomado notado y se van a aplicar a ello con denuedo. Ocupen su localidad y vean.






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