Imaginación y deposición sin solución

El realismo sucio ha entrado con fuerza en la campaña electoral de los socialistas almerienses, que últimamente muestran una tendencia narrativa hacia la cochambre que parece salida de la mismísima Olivetti de Bukowski, el artista del lamparón incandescente. Igual que la mujer de la alcuza en los famosos versos de Dámaso Alonso, las concejalas del PSOE parecen caminar estos días llevadas por un terror oscuro, por una voluntad de esquivar algo horrible, que bien podría ser una mierda. Dice la concejal Inés Plaza que el Ayuntamiento debería poner en marcha “soluciones imaginativas” para la recogida de las deposiciones caninas, porque ya se sabe que el alcalde es el culpable de la mala educación de esa jauría de marranos que tienen perro y los pasean sin bolsa. Bolsas como las que, cuando gobernaba el Ayuntamiento el PSOE, decidió regalar a quienes la pidieran, sin que hubiera un solo almeriense que se pasase por ellas a la Plaza Vieja. Las cajas volvieron del Ayuntamiento tal como llegaron. Pero volvamos a la tensión argumental del muladar como factor electoral. No faltan en las denuncias de los candidatos socialistas las habituales menciones a la ratas, cambiando la habitual comparación conejil –“¡ratas como conejos!”- por una más sorprendente estimación felina. Ahora las ratas son “como gatos” ¿?  Curiosamente los socialistas quieren que la gente pueda sacarse un carnet de alimentador voluntario de gatos callejeros, al tiempo que quieren exterminar a todas las ratas, que no tienen un Dani Rovira que busque adopciones roedoras en la tele. Estamos en campaña, ya digo, y hay que ser indulgente con las ocurrencias de los postulantes que piden imaginación, que es probablemente el gesto menos imaginativo del mundo. Ahora que para originales, los del ayuntamiento de Torrelodones, que para concienciar a los vecinos sobre la necesidad de recoger las cacas de los perritos, plantaron frente al Consistorio una caca hinchable de tres metros de altura, que naturalmente ya ha sido robada. No tenemos remedio.