Desagraviando a ZP

Kayros
01:00 • 18 jun. 2016

Nadie podía esperar, a estas alturas, un panegírico tan cerrado y encomiástico a la figura de Rodríguez  Zapatero viniendo además de quien viene: de  Pablo Iglesias, candidato de Podemos  a la presidencia del Gobierno. Casi seguro que  este Pablo Iglesias bis, que poco tiene que ver con el primero, no da puntada  sin hilo y por tanto busca alguna recompensa en las urnas  de los antiguos admiradores  de  ZP. Se ha dicho que el ídolo de Pedro  Sánchez  es Felipe González. De ahí la intención rupturista de decir que “Zapatero ha sido el mejor presidente  de la democracia” y que se siente muy cerca del leonés en muchas cuestiones. Pero suponiendo que el de la coleta hubiera sido exagerado en esto de comparar a ZP con González, donde ha acertado de pleno es sacándolo del conglomerado infame en que  lo tenía sepultado el PP. Para el PP, Zapatero  era la encarnación de la  “herencia recibida”, un lugar común  donde lo mismo podías meter la crisis económica universal que los viejos de la dependencia, los grandes  recortes y los hombres de negro que venían todos los meses a  revisarnos las cuentas. De  todo  tenía la culpa ZP.  Cuando   algo fallaba en el Gobierno conservador,   sus  portavoces   ya tenían preparada la respuesta:  “No querrán ustedes que resolvamos el paro en cuatro meses  después de recibir un país como el que nos entregaron los socialistas”.  Se  impuso , pues, la austeridad alemana, Vinieron los recortes.  Cundió  el  despido libre  por todas partes. La palabra  precariedad , que apenas conocían los trabajadores, se convirtió luego en la reina del  mambo. Y los  empresarios que estrenaban nombre  nuevo  se animaron a crear puestos de trabajo temporales  ante las  facilidades que ofrecía la situación.  Rodríguez  Zapatero  no era el que  había traído la crisis sino la crisis  engendrada  en otras  partes había  embarrancado  los avances sociales del programa socialista.  Y  así pasaron cuatro años. Tenemos  ahora  una España desigual, con mucho paro todavía. Grandes  núcleos  de la sociedad española se sienten abandonados  pidiendo el cambio. El  PP  por el contrario    tiene otra  opinión . No hay tocar  nada a la espera de los veinte millones de puestos de trabajo que promete Rajoy para dentro de dos años. Mientras  tanto desagraviemos a Zapatero.  Se han puesto de moda  los  desagravios.







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