Desde hace años buena parte de la sociedad vive en la creencia de que al Congreso, al Senado y, en general, a las instituciones que nos representan no mandamos lo mejor de cada casa, sino justamente lo contrario. Son estados de opinión que se asientan, que nadie se molesta en poner en cuestión, pero que no siempre se ajustan a la realidad. En todas las épocas y en todas las instituciones ha habido muy dignos representantes de la ciudadanía y también ha habido quienes han transitado por ellas con más pena que gloria.
Quienes hemos tenido la suerte de convivir con el transcurrir democrático que se inició con la Constitución de 1978, esa cuyo valor histórico algunos quieren postergar, hemos tenido la oportunidad de enviar en representación nuestra al Congreso de los Diputados a varias decenas de hombres y mujeres. Unos han pasado desapercibidos. Otros han dejado huella. Recordemos, de estos últimos, por citar solo a algunos, a Virtudes Castro (PSOE), Francisco Soler Visiedo (UCD), José Antonio Amate Rodríguez (PSOE), Joaquín Navarro Estevan (PSOE), Juan de Dios Ramírez Heredia (PSOE), Manuel Arqueros Cayuela (PP) y Jesús Caicedo Bernabé (PP).
Confieso que no me desagrada ninguno de los cuatro cabezas de lista de las candidaturas al Congreso con posibilidades de conseguir escaño. Julio Rodríguez es un excelente fichaje de Podemos. Cuestión distinta es que considere un error haberle buscado acomodo en Almería. Creo que él no debería haberlo aceptado. Al margen de eso, ha sabido asumir su tarea con profesionalidad, no como su antecesor, David Bravo, que ‘pasó’ con descaro de sus electores. Rodríguez cometería un error si intentara hacerse un lifting político. Su mejor aval es él mismo, por ser quien es y venir de donde viene. Me sorprendió oírle el otro día en plan “Unidas y Unidos Podemos considera…”. Tuve la impresión de que se lo habían escrito. No lo veo en las cursilerías.
Rafael Hernando (PP) se ha forjado políticamente en Almería. Ha hecho suya nuestra provincia. Está comprometido con nuestra tierra. Quien no lo vea así es porque está ciego. Es un gran parlamentario. Tiene ese punto de descaro que casi es una obligación exigir. Siempre da la cara. Sonia Ferrer Tesoro (PSOE) es la gran sorpresa de las elecciones del 20-D y de éstas. Su andadura política, ya extensa, no acaba más que empezar. Diego Clemente (C’s) aporta serenidad, consistencia y solvencia a un proyecto político que acaba de nacer. De todas las cosas que he visto de él, ninguna me desagrada, lo confieso.
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