Idiotez en blanco y negro

Si todos nuestros gestos y actos fueran grabados, registrados y escrutados constantemente, estoy seguro de que el habitual sanedrín de deontólogos y jueces de guardia que vive agazapado en las redes sociales, encontraría motivos sobrados para nuestra condena. Nadie puede salir indemne de la constante exposición que sufren los candidatos en campaña, porque al amparo de esa abominable dictadura lo políticamente correcto, hoy ya todos somos delincuentes potenciales. En este sentido, quiero manifestar mi convicción acerca de que el candidato socialista, Pedro Sánchez, no es un hombre de escrúpulos racistas. Ni mucho menos. Valga decirlo tras la efervescencia mediática que ha cobrado un gesto suyo, reproducido hasta la saciedad, en el que se limpiaba la mano tras haber saludado a un niño negro. El run-run mediático y las críticas políticas que ha recibido el socialista por esas imágenes -grabadas por su equipo de campaña- reflejan a la perfección el modo en que la idiotez se ha hecho carne y ha acampado entre nosotros. Hace falta tener poco respeto al sentido común y a la inteligencia de las personas para tratar de aprovechar este asunto cargando las tintas contra el candidato del PSOE. Ahora bien, ¿se imaginan que el protagonista de la escena hubiera sido Mariano Rajoy? (pausa valorativa) Sí, Rajoy. El mismo al que el otro día guillotinaron simbólicamente –todo un detalle- los candidatos del PSOE de Alicante. ¿Se imaginan que hubieran pillado a Rajoy limpiándose la mano después de habérsela estrechado a un negro? No hace falta mucho esfuerzo para imaginar la gira de actos de desagravio étnico que a estas alturas ya habrían salido del obrador de la confitería de mensajes del PSOE: candidatos con la cara tiznada de negro, talleres de ritmos africanos, desembarcos simbólicos en el Zapillo y el Pata-Pata de Miriam Makeba como música de apertura de los actos. Y lo mejor de todo… ¿se imaginan qué no estaría diciendo Pedro Sánchez de ese pedazo de racista de Rajoy? Pues eso.