Vencedores y perdedores

“No queda otra que formar Gobierno, y le corresponde a Rajoy, pero será imprescindible que el PSOE se abstenga”

Cayetano González
01:00 • 28 jun. 2016

Si en la noche del pasado domingo hubo un gran vencedor y un gran perdedor en lo que se ha considerado la segunda vuelta de las elecciones generales, estos no fueron otros que Mariano Rajoy y Pablo Iglesias. El primero, superando por elevación todas las expectativas que señalaban las encuestas, lideró una nueva victoria del PP con 137 escaños, trece más que los obtenidos en diciembre. 
El líder de Podemos, no solamente no consiguió dar el sorpasso al PSOE al que aspiraba desde el principio, sino que además su unión con Izquierda Unida no le sirvió para nada, porque sacó los mismos escaños, 71, que hace seis meses obtuvieron por separado Iglesias y Garzón.
 Hubo otros dos medio perdedores en la noche electoral: Pedro Sánchez y Albert Rivera. El líder socialista puede presumir de que su partido sigue siendo la primera fuerza en el bloque de izquierdas, evitando el manido sorpasso de Podemos. Y eso en sí es un gran logro. 
Pero al mismo tiempo no puede obviar que ha cosechado el peor resultado, en número de escaños, que el PSOE ha sacado desde la transición democrática. Ha pasado de los 202 que tuvo Felipe González en 1982 a los 85 que sacó el este domingo. 
En cuanto al líder de Ciudadanos, ha perdido ocho escaños con respecto a las elecciones de diciembre, pero ha tenido el mérito de aguantar la polarización de la campaña y el llamamiento al voto del miedo al que apeló el PP en el tramo final de la misma.
¿Y ahora qué? Pues ahora no queda otra que formar gobierno, tarea que corresponderá liderar, en puridad democrática, al candidato de la lista más votada, es decir, a Rajoy. 
No lo tendrá fácil, porque para conseguir ser investido Presidente será imprescindible la abstención del PSOE y esta es una decisión que los dirigentes socialistas tendrán que tomar, pensando en que quizás lo que más les convenga sea permitir que gobierne el PP y ellos irse a la oposición para regenerare y rehacer el proyecto socialdemócrata que es el que le ha dado en otros momentos la victoria al PSOE y le ha permitido gobernar en España durante más de veinte años.
 Si Rajoy consigue ser investido Presidente del Gobierno, luego tendrá que gobernar, algo que no será tan sencillo porque para ello sólo podrá contar, en teoría y depende para qué, con los 32 escaños de Ciudadanos, que tampoco le garantiza la mayoría necesaria para sacar adelante las leyes en el Congreso de los Diputados.
 En resumen, la situación política e institucional de nuestro país se presenta harto complicada, aunque quizás algo menos de la que se dibujó tras las elecciones del pasado 20-D. 
Ha llegado la hora de hablar, de pactar, de acordar, porque lo que sería un auténtico desastre en que volviéramos a la situación de bloqueo institucional de los últimos seis meses que abocaron a estas nuevas elecciones. 







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