El triunfo conservador

“Junto al olvido electoral de la corrupción, está también la manipulación del voto útil”

Kayros
01:00 • 28 jun. 2016

 Primero de todo felicitar al ganador. Lo pide la cortesía. Los españoles han votado y como descansa en ellos la soberanía  popular es justo reconocer este triunfo democrático del PP. Ahora bien: sería indecente que yo no pudiera repetir todo lo que he ido diciendo aquí durante cuatro años. En este triunfo conservador el pueblo se ha olvidado de la corrupción, una de las más altas de  las que tenemos memoria. Personas  que están siendo investigadas como presuntas descalzadoras  del erario público  pueden alegrarse del triunfo del partido conservador. 
Junto al olvido electoral de la corrupción está también la manipulación  del voto útil. En este plan Ciudadanos ha perdido ocho escaños que han ido a parar al PP. El votante de centro  derecha  adivinó enseguida quién  tenía que a gobernar. Luego  está también el voto del miedo, estrategia magistralmente utilizada por la derecha de todos los tiempos desde el primer brujo hasta el “nene, caca” de los parvularios. Unas veces  el miedo  se encarnó  en  Satanás para los creyentes otras veces fue una hecatombe social o una hambruna. No se le puede negar al PP que tiene buena mano para hacer entendibles los mensajes. Dividir a los ciudadanos en buenos y malos, en sensatos y alocados o en moderados  y radicales puede ser una gilipollada de internado pero  funciona, vaya si funciona. Buenos eran los militantes del partido conservador, malos todos los demás predicadores del cambio. Pero hay causas externas que pueden explicar mejor lo sucedido  el domingo. 
Podemos no ha  hecho otra cosa que salirse del tiesto. Se propuso el “sorpasso” con la aparición estelar de Anguita. Qué disparate. Eso no era lo esencial.Debió unirse a Pedro Sánchez y todas las fuerzas de izquierda si de verdad querían desbancar al PP.  Sin embargo estuvieron tonteando  con Bildu y con los independistas catalanes. Al fin hemos  palpado  la fortaleza moral del PSOE pero ya era tarde. Pedro se las vio primero con los barones, luego con Susana y luego con unos partidos emergentes que  le acusaban de ser  otra réplica Rajoy.  Mientras tanto las clases medias de este país pidiendo que cambiara la historia. Hemos perdido una buena ocasión para el triunfo de la izquierda. Como ocurrió en el Mayo francés aquí nadie quiso tomar el poder de la calle.







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