Unicaja entra en un incierto tiempo nuevo

Emilio Ruiz
01:00 • 01 jul. 2016

La sexta entidad financiera española y primera andaluza por volumen de activos (60.312 millones en 2015), Unicaja Banco, entró ayer en una nueva fase de su historia. Se cerró un capítulo de 30 años bajo la presidencia de Braulio Medel y se abre uno nuevo bajo la presidencia de Manuel Azuaga. El cambio se ha producido por exigencia de Ley de Cajas de Ahorro y Fundaciones Bancarias, que impide simultanear desde hoy cargos en un banco y en su correspondiente fundación bancaria. Medel permanecerá como presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, que es la propietaria de del 90,8 por ciento de las acciones de la entidad. El 9,2 por ciento restante está en manos de los antiguos accionistas de España-Duero (antigua Ceiss)
Manuel Azuaga, de 43 años de edad, ha sido hasta ahora el hombre de confianza de Braulio Medel. Con gran experiencia en el sector bancario, pertenece a la plantilla de Unicaja desde 1991. Entre 2004 y 2008, coincidiendo con la etapa de Magdalena Álvarez en el ministerio de Fomento, hizo un paréntesis en su dedicación bancaria para desempeñar la presidencia de Aena. Tras su vuelta al banco ha sido director general y consejero delegado de Unicaja Banco. Ha sido el encargado de pilotar el proceso de integración en Unicaja del castellano-leonés Banco Ceiss, el banco surgido de las antiguas cajas de ahorros Caja España y Caja Duero.
Azuaga acaba de culminar con éxito un proceso de integración, el de Ceiss, que se ha encontrado por el camino con más obstáculos de los previstos. Hace solo unas semanas se cerró el capítulo de la reestructuración de personal, que ha supuesto una reducción de la plantilla en más de 1.200 trabajadores. El siguiente capítulo al que tiene que enfrentarse el nuevo presidente es el de salida a bolsa. El calendario acordado con la Unión Europea estipula que la salida a bolsa debe producirse antes de que finalice este año 2016. Esta salida a bolsa es necesaria para dar liquidez a los dueños de los bonos obligatoriamente convertibles (cocos) que ofreció a los accionistas minoritarios de Ceiss y también para devolver parte de las ayudas que el FROB concedió a la antigua Ceiss.
Es muy posible que Unicaja solicite un aplazamiento de su incorporación al mercado bursátil. Las dificultades por las que atraviesan el sector bancario exigen algo más que prudencia. El valor en libros de Unicaja en la actualidad es de 2.700 millones de euros, pero no hay en España ahora mismo ningún banco que cotice a su valor en libros. Liberbank cotiza con una rebaja del 62 por ciento. Ningún banco cotiza a más de un 0,7 de su valor contable. Lo mejor que tiene Unicaja son los ratios, por lo general bastante competitivos. Su rentabilidad sobre recursos propios (ROE) se situó el año pasado en el 6,7 por ciento (la ROE del Santander, por ejemplo, es del 7,2 por ciento). Sus ratios de solvencia también son bastante buenas (un 11,1 por ciento con las máximas exigencias, mientras que las del Santander se sitúan en el 10,05 por ciento al cierre de 2015). Pero esto no es suficiente para una salida airosa a bolsa.
El escenario financiero actual no es el idóneo para un debut en el parqué. Si Unicaja Banco desea hacerlo o es obligado a hacerlo, para atraer inversores tiene que aplicar un descuento importante al precio de su acción. Las dos entidades bancarias que pueden ser equiparables, Liberbank y Popular, cotizan con una media de baja del 50 por ciento. Según esto el valor de Unicaja sería de alrededor de 1.300 millones. Demasiada poca cosa para pensar en una subsistencia independiente. No es tarea sencilla la que se le presenta por delante a Manuel Azuaga.







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