Almería con orgullo: voces por la diversidad

Mar Verdejo
01:00 • 02 jul. 2016

Hace unos días 49 personas fueron asesinadas y 53 resultaron heridas, por el simple hecho de vivir su vida de la manera que eligieron hacerlo. Estaban divirtiéndose en una discoteca de Orlando y la homofobia sacudió con fuerza, matando, por el simple hecho de ser homosexuales o bisexuales. Ante hechos como estos tenemos que tener espíritu crítico y que nuestros actos no sean pasivos ni indiferentes porque no hay justificación. 
Las personas no pueden renunciar a su visibilidad, su libertad y su dignidad. Muchas no pueden hacerlo porque ponen en riesgo su vida, incluso se les castiga con penas de prisión por mostrar públicamente su orientación sexual y les niegan su identidad de género. Hacen falta medidas efectivas en el sistema educativo que trabajen la diversidad sexual y de género, porque la educación siempre es la clave para una convivencia en igualdad de derechos. Los planes educativos tienen que considerar medidas que contemplen la inclusión de la diversidad, además hay que tomar más medidas preventivas en la educación, la salud y la juventud. Hay que estar alerta ante el acoso escolar, que además el más frecuente en este ámbito. La visualización y la educación son las únicas armas que tenemos para erradicar la LGTBIQ+fobia (término que alude al rechazo al colectivo de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales, intersexuales y queers). Esta ausencia de igualdad queda reflejada ante la falta de leyes, que apoyen a las personas por el simple hecho de ser lo que son y cómo han nacido, muchas de ellas condenadas al olvido o al desamparo más absoluto. Se necesita personal formado en sanidad para atender las carestías específicas de salud sexual y reproductiva de este colectivo, así como investigación, etc.
El periódico digital El Diario ha sacado unas frases, que podríamos atribuir a cualquiera, que reflejan su rechazo al colectivo LGTB. Estas son algunas: “No me importa que sea gay, siempre y cuando no sea una loca”. “¿Cómo te van a gustar los chicos y las chicas? ¡Decídete!” “¿Eres homosexual? Ah, pues no se te nota nada.” “No dejes ver el fútbol a tu hija que luego se hace lesbiana”. “¿Cómo va a ser lesbiana con lo guapa que es y lo que se maquilla?” “¿Homófobo yo? Si yo tengo un amigo gay y es muy majo…” “Ana, ¿en serio vas a dormir con Paula? Pues ten cuidado que es lesbiana”. “Lo llaman bisexualidad pero quieren decir vicio”. “Ah, ¿es trans? Pues parece una chica de verdad”. Y mucha gente pregunta ante la celebración del día del “Orgullo Gay”: ¿por qué no hay un día del  “Orgullo Heterosexual”? A lo que hay que contestar: “Porque no hay países donde sea ilegal ser heterosexual, ni ser ilegal contraer matrimonio. Porque al pasear por la calle no te insultan ni te agreden. Porque ningún padre ha echado de casa a su hijo por ser heterosexual. Porque nadie se queja de compartir vestuario en el gimnasio con un heterosexual. Porque nadie dice “prefiero tener un hijo deforme o enfermo antes que heterosexual”. Porque no hay grupos radicales que se dediquen a cazar heterosexuales y agredirlos o asesinarlos. Porque no hay campañas que piden la retirada de anuncios porque aparecen en él parejas heterosexuales. Porque no hay libros ni terapias que digan cómo dejar de ser heterosexual.”
Estoy orgullosa de los y las jóvenes almerienses que luchan contra el odio,  fomentando el pensamiento crítico y el respeto hacia las personas y su diversidad. Con el título de “Voces por la diversidad” han visualizado en Almería al colectivo y han combatido el odio con vida, con la plantación de un olivo, símbolo de la paz, en la Universidad de Almería.







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