Los mosquitos de Cuevas de Los Medinas tienen mala leche

 

Juan Torrijos
01:00 • 09 jul. 2016

Las fotos de LA VOZ de hace unos días eran más que elocuentes: Eso era una picadura con honores de orla y paso por el médico de guardia, que fue lo que tuvieron que hacer algunos de los vecinos de las Cuevas tras los picotazos a mogollón. Lo de los mosquitos en Almería no es un lujo de sólo las Cuevas, es algo que tienen que soportar miles de almerienses en otros puntos de la provincia. El premio se lo lleva Roquetas, se quejan más por lo del turismo, pero si se dan vuelta por ese escenario natural de cine que resulta ser nuestra provincia, se van a encontrar lagunas de oxidación y vertedores más o menos controlables donde los mosquitos y los olores, son las señas de entidad de las que presumen los vecinos. Aguas fecales en el Andarax. Dicen que hace unos días se firmó el convenio para acabar con ellas. ¿Saben ustedes que estamos en el siglo XXI? Era por si lo habían olvidado. ¿Y han tenido que esperar a que llegara el XXI para firmar un convenio que acabe con el río de aguas fecales en que se había convertido nuestro viejo y entrañable Andarax a su paso por los últimos pueblos antes de desaguar en el azul Mediterráneo?. Hoy están de actualidad los vecinos de Cuevas por los mordiscos y la mala leche de los mosquitos que les ha tocado en suerte este verano, pero los de otros pueblos lo vienen estando cada verano, cuando delante de sus casas unas hermosas lagunas de oxidación a cielo abierto lanzan al cielo sus aromas y sus mosquitos. Reconocer que no los hemos conocido con tanta mala leche, aunque el pasado fin de semana a Paula y a mí nos comieron vivos. Nos faltaban manos. Las lagunas, era el último gran invento para depurar las aguas, y encima ecológico. Las de Costacabana desaparecieron, a dios gracias. Recuerdo algún paseo con Tt a ver el buen trabajo que hacían, pero los barrios del entorno se llenaban en las noches de verano en centro de alimentación de miles de mosquitos que sabían donde había sangre fresca para cenar. El problema, que aún quedan algunas viejas lagunas dando por “culillo” y como se quejan los vecinos de las Cuevas, algún vertedero no se sabe si cumple la ley en la provincia. Antonio Martínez, delegado del ambiente, se merece una laguna en la puerta de su casa. Y el nieto de Monterreal otra.


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