Derrumbe,ruina y abandono

Restaurar y consolidar elementos del patrimonio histórico requiere de un trabajo constante, lento, minucioso, muy caro y con escasa posibilidad de rédito mediático. Algo ciertamente incompatible con las preferencias y objetivos de la Junta del PSOE de Andalucía, que ha acreditado en estas tres décadas de gestión ininterrumpida su preferencia por el gesto, por la escenificación y por la titularización de la realidad. A todo eso, los almerienses debemos añadir el indisimulado desdén periférico de una administración que, aunque se creó para acabar con el secular centralismo, ha venido a añadir un centralismo concéntrico a nuestra realidad social y política. Por lo tanto, a nadie puede sorprender la creciente insatisfacción de los almerienses con la Junta. De hecho, lo que más se escucha en relación con nuestro patrimonio histórico y artístico (competencia directa de la Junta de Andalucía) son palabras como “derrumbe”, “ruina” y “abandono”. Y lo peor es que este diagnóstico no se circunscribe a un monumento emblemático como la Alcazaba de Almería (S. X) La torre del castillo de la cala de San Pedro (S. XVI) está que se cae, según acaba de comunicar la asociación Amigos del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar a la oficina del Defensor del Pueblo andaluz. La cercana Torre de los Alumbres, en Rodalquilar (S. XVI) es un cagadero de cabras vallado para evitar que alguien pase. Cerca de este BIC está el Cortijo del Fraile, donde la Junta lleva años demostrando su gusto por el mucho lirili y el poco lerele. ¿De verdad alguien –salvo los dependientes por razones económicas y/o nutricionales- puede sentirse satisfecho por la actuación del gobierno andaluz en la protección del patrimonio almeriense? Se trata de una pregunta muy interesante de responder, pero no tanto como esta otra: ¿Estarían así estos castillos si, en lugar de Almería, estuvieran en Sevilla? Nota: para los que digan que sí, piensen ahora en si la Junta hubiera permitido que el Ayuntamiento de Sevilla hubiera estado diez años enteros como se tiró el de Almería: cerrado y en ruina progresiva.