Medusas y serpientes de verano

Todo es relativo en la vida. Tanto es así que el propio autor de la formulación teórica de la relatividad, Albert Einstein, llegó a decir al respecto que si su teoría era exacta, los alemanes dirían de él que era alemán y los franceses que era “ciudadano del mundo”, igual que hablan de Picasso como ese pintor francés nacido en España. Eso lo añado yo ahora, del mismo modo que Einstein completaba su reflexión asegurando que si su teoría no estaba en lo cierto, los franceses dirían de él que era alemán y los alemanes que era judío. Y si la relatividad puede aplicarse a todos los ámbitos de la vida, pocos más propicios que el del periodismo para probar la vigencia de lo relativo. Por ejemplo, acabo de leer que el Instituto Español de Oceanografía ha anunciado que las costas españolas se encuentran en un período de baja presencia de medusas, lo cual ha sido traducido inmediatamente por LA VOZ DE ALMERIA como una buena noticia para los bañistas. Y aunque eso es indiscutible, también tiene poca discusión que la ausencia de medusas es una pésima noticia, no ya sólo para las empresas farmacéuticas que elaboran pomadas y soluciones con cortisona, sino sobre todo para un sector generalmente ignorado y maltratado: los periodistas en prácticas o, como se les llama ahora, los becarios. Todos los que hemos pasado por esa cruda condición acumulamos una inmensa deuda de afecto profesional con estos gelatinosos y molestos celentéreos. Cuántas tardes de redacción no han salvado las noticias sobre la afluencia costera de estos bichos, la enumeración de sus remedios inmediatos, la opinión de los servicios sanitarios y, ya de mayores, las críticas al ayuntamiento de turno, porque también hay concejales que parecen vivir en un permanente estado de prácticas. Así que, si lo pensamos bien, la ausencia de medusas será siempre una buena noticia incluso para los alevines de periodista, porque así se verán forzados a buscar nuevas y serpenteantes criaturas veraniegas. Todo es relativo en la vida.