A Ramón del Valle Inclán le tocó vivir una época tan rarilla que como escritor le fue fácil inventarse un género literario que deformaba sistemáticamente la realidad. Rasgos grotescos y absurdos conducen a veces al humor, lo cual no es nada malo para la sociedad, lo grave es cuando conducen al psiquiátrico. La vida política española ha llegado a tal grado de corrupción que pasan los meses y casi nadie se pone de acuerdo. Otra vez, como entonces, tienen que salir a la palestra los intelectuales a recordarnos verdades tan de cajón que parece que hubiéramos perdido el sentido de lo decente. Oye, que llevamos ya siete meses de pactos fallidos y nanay… Que necesitamos un Gobierno para que arregle lo de los presupuestos, la educación, la sanidad y las pensiones. ¿Quién, (dice Rubalcaba), no quiere lo obvio? Es de sentido común. El conocido miedo de la derecha para que todo siga igual y la incapacidad innata de la izquierda para entenderse entre sufridores. Hay noticias que parecen sacadas de los cementerios. Por ejemplo ayer los tertulianos más habituales de la TV estuvieron discutiendo acerca de los treinta mil muertos que presumiblemente siguen cobrando de la Seguridad Social en Valencia. La Ciudad del Turia es un vivero de noticias interesantes. Otra vez ha aparecido Alfonso Rus. Dice que cada vez está más convencido de que no tiene culpa de nada. Vamos que ha pasado por la política como la Inmaculada Concepción. Pero las doscientas cajas de documentos sobre adjudicaciones de césped, negocios cuando menos oscuros de Rus, no son moco de pavo. Casi todas las diputaciones tienen ahora un psiquiátrico para amontonar toda la basura desordenada que sobra en las oficinas. A ver quien le mete mano a los legajos. Hasta la policía se queja de que no queda dinero presupuestado para poner orden en el caos jamás inventariado de las adjudicaciones de Rus. Pero el gran esperpento no acaba aquí. Lo inconcebible es que el PP ha ganado las elecciones en Valencia. Y tal como van las conversaciones para la investidura de Rajoy, es muy posible que la derecha se alce de nuevo con el poder, con lo cual yo no sé si conoceremos alguna vez todos los datos de IMELDA en el psiquiátrico.
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