Llevarle el compás a Susana

Del mismo modo que dos no pelean si uno no quiere, dos no dialogan si uno -o una- no está por la labor. Aunque lo parezca, no les hablo del mejor candidato español al Oro Olímpico en Río si el Hormigonado Cerebral fuera disciplina deportiva, Pedro Sánchez. Tampoco de su señora esposa, Begoña Gómez, que según empieza a conocerse, tendría mucho que ver en la inamovible posición de su marido. Valga recordar que la pasada Navidad, ella felicitó por guasap a sus amistades diciendo: “Nos vemos en Moncloa”. 

Pero no les quiero hablar de esta emperrada pareja, sino de la ausencia de explicaciones por parte de la Junta de Andalucía a la cristalizada negativa de su presidenta, Susana Díaz, a reunirse con el alcalde de Almería, Ramón Fernández Pacheco. Como probablemente sabrán, la solicitud de un encuentro entre ambos fue el primer documento oficial firmado por el alcalde, apenas horas después de su proclamación. Estábamos en noviembre de 2015 y hasta ahora, agosto de 2016, no hay explicación que sostenga, por parte de la Junta de Andalucía, la incapacidad de encontrar día y hora a ese encuentro, tan necesario para analizar el estado de asuntos de relevancia capital para Almería y sus 200.000 vecinos, que contribuyen con sus impuestos al sostenimiento de una Junta que, en la persona de su presidenta, les desprecia y ningunea de este modo tan incomprensible.

Y ya no es que doña Susana haya batido el record de velocidad para ir a ver al recién nombrado alcalde socialista de Granada. Tampoco es que ella misma haya estado varias veces en Almería sin dignarse a reunirse con el Ayuntamiento. Es que su consejera de Cultura, Rosa Aguilar, manifestó la pasada semana su deseo de entrevistarse con el alcalde de Almería para hablar sobre la agenda común y esa entrevista ya tiene fecha: el próximo 16 de agosto.

Y ahora, cuando lean o escuchen a un cargo del Partido Socialista almeriense defendiendo el cariño y el interés que tiene Susana Díaz por Almería, por favor, solidarícese con ellas y ellos. No debe ser fácil llevar ese compás.