Una mañana de la primavera madrileña de hace escasos años disfrutaba quien suscribe del verbo fluido, ameno y entusiasta del indaliano Luis Cañadas, en la que sería su última entrevista. Las palabras viajaron por paisajes y pasajes almerienses: la Alpujarra, el Andarax, los Vélez, el Valle del Almanzora, la comarca Río Nacimiento y las costas de Poniente y de Levante. El periplo verbal instaló en el centro de la urbe madrileña el corazón y la esencia almerienses que desprendía el polifacético artista en cada uno de sus vocablos, en cada anécdota, en cada comentario. El reloj dio para mucho, aunque nunca lo suficiente. Bajo sus manecillas desfiló el Movimiento Indaliano en la integridad de sus iniciadores: Capuleto, Cantòn Checa, Perceval, López Díaz, Francisco Alcaraz y Miguel Rueda, junto al propio Luis Cañadas. No se ausentaron del encuentro los buenos años de la uva almeriense y desarrollo del arte en Almería, ni las carencias y escasa atención que al mismo se le ha prestado por parte de los gestores de la cosa pùblica. La grata mañana no prescindió, evidentemente, de las muchas obras del pintor y muralista. En el recorrido vital y artístico indaliano no olvidó mi contertulio el encargo de la Diputación, en los inicios de los años sesenta del pasado siglo, de la creación de unos monolitos que dieran la bienvenida a Almería en las entradas principales a la provincia: Fiñana, Huércal-Overa y Adra, aunque existió un cuarto en el acceso a la ciudad. La mujer almeriense, inspirada en la mojaquera, se hizo mosaico y habitó en nuestra tierra. Los dos monolitos primeros sobreviven: el de Fiñana –asomado ya a la autovía, tras el empeño de Carlos Fernández, gerente de la bodega Lauricius de Abrucena, que lo rescató en sus botellas del olvido- y el de Huércal-Overa que está oculto y deteriorado en la antigua carretera. Sin embargo, el paradero del mosaico de Adra con la mujer que sostenía una cesta de pescado es uno de los mayores misterios que la desidia y el abandono almerienses no han sabido desentrañar. ¿Dónde, cómo y en qué estado se encuentra el mural indaliano de Adra?. Por ahora, la mujer del mosaico es la desaparecida de Adra.
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