¡PAZ, PIEDAD, PERDÓN!

¿Es democracia que un solo hombre pueda paralizar un Estado, cuando hay 350 diputados –de los que 84 siguen su dictado como ovejitas luceras- que encarnan al pueblo español, al que representan con libertad de voto para el ejercicio de su representación? La Constitución es categórica: “las Cortes Generales representan al pueblo español” (artículo 66); “los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”  (artículo 67), es decir, no hay disciplina de voto, son libres.
Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, envidia a Mariano Rajoy –que tiene lo que él nunca tendrá: la Presidente del Gobierno- y, por ello, lo odia, política y personalmente. Entiende que lo humilló cuando votó no a su soñada investidura, pese a haber perdido las Elecciones. Y, ¡claro!, tenía que hacérselo pagar. No era, pues, imaginable que un vengativo obseso pudiera facilitar que su odiado rival volviese a ser Presidente. Se trata, ya, de una cuestión personal, que se antepone a los interese de España. ¡Ande yo caliente…! Vino a decirle a Rajoy lo que Calderón pone en boca de Juan de Austria tras sus matanzas de moriscos en la Alpujarra: “vienen conmigo / juntos hoy mi venganza y tu castigo”  Y se quedó feliz. 
Así pues, nada inesperado ha sucedido.
No me resulta agradable asistir a la agonía de ninguna persona, menos aún cuando ésta se empeña en prolongarla, en sobrevivir. Y hablo de Pedro Sánchez: desde que fue elegido Secretario General, el PSOE ha perdido todas las Elecciones y, lo que es peor, empeorando de una a otra. De los 202 diputados, 10.127.392 votos, el 48’11% de Felipe, va por 5.424.709, el 22’66% y 85 diputados. Y en estas últimas – llamadas “la segunda vuelta”- el PP le sacó 52 diputados y 2.481.476 votos.
Pedro Sánchez -dimitido Rubalcaba tras la debacle de las Elecciones europeas- el 12 de junio de 2014 fue elegido  Secretario General del PSOE, con el 31% de los votos de la militancia, en pugna con Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, y con el apoyo de Susana Díaz, la eterna promesa.
Que su Partido no lo consideraba una lumbrera lo acredita que en 2003 fuese en el puesto 23 de la lista al Ayuntamiento de Madrid y no resultase elegido Concejal; y que en las Elecciones Generales de 2008, tampoco fuese electo diputado por Madrid, lo que consiguió, más tarde, por la vía de la sustitución del aciago Pedro Solbes, aquel Ministro de Economía que en plena crisis, en vez de adoptar tempestivamente las medidas correctoras, dijo “quienes dicen que hay crisis económica no son patriotas porque asustan a los ciudadanos e inversores”, a lo que Zapatero le añadió la guinda: “¿Crisis? Una falacia, puro catastrofismo” “En esta Champions League de las economías mundiales, España es la que más partidos gana, la que más goles marca y la menos goleada”  Sánchez no fue miembro de la Ejecutiva ni de la Comisión Federal del PSOE.
Candidato a la Presidencia del Gobierno en las Elecciones de 2015, la lista de Madrid, que él encabezaba, quedó en cuarto lugar, obtuvo sólo el l7’88% y su Partido 90 diputados, el peor resultado hasta entonces, y, lejos de dimitir, se consideró ganador: “hemos hecho historia”, dijo. El pasado mes de junio, empeoró: el PSOE bajó a 85 diputados y más de cien mil votos.
Afanado en ser Presidente del Gobierno se presentó a una investidura en la que fue choteado por Podemos y en la que, el 4 de marzo, obtuvo sólo 131 votos a favor y 219 en contra. 
Pero, como si fuese el cómico Joe Rígoli, dice “Yo, sigo”, aunque, al menos el viernes, no explicase cómo ni para qué, pues todos quienes le oyeron creyeron entender que, ahora, iba a intentar un “gobierno alternativo con las fuerzas del cambio” (sic.), lo que el propio PSOE desmintió.
Baltasar Gracián, en “El Criticón”, escribe: “La soberbia topó con España y parecióle tan de su género que se perpetuó en ella, donde vive y reina con todas sus aliadas: la estimación propia, el desprecio ajeno, el querer mandarlo todo y servir a nadie…” 
Se diría que se inspiró en Sánchez. Consumada su venganza ¿estará dispuesto a ceder algo tras las elecciones vascas y gallegas o es verdad que “el que espera, desespera… / entre una España que muere / y otra España que bosteza”? 
Debería pensar que el obcecado Restógenes fue un suicida que arrastró con él a la villa entera de Numancia. Y recordar la suerte que han corrido históricos Partidos socialistas europeos –el italiano, el que más fuerza tuvo- hoy desaparecidos. Pero ya lo dijo Machado: “nunca extrañéis que un bruto / se descuerne luchando por la idea”. 
¿Por qué no invoca a Azaña, dice ¡Paz, piedad, perdón!,  y actúa en consecuencia?

¡No lo vayan a multar! Por exceso de velocidad: al Tren, al Talgo, digo, que en el viaje a Madrid desde Almería –se ve que tiene vocación de escalador- va a ahorrar 23 minutos; y desde Madrid a Almería –bajará, por miedo, con el freno echado- sólo 7. Pero, además, sólo los trenes de la tarde. ¡Es tan miserable en un trayecto de más de seis horas, una jornada laboral entera! ¿Cómo se atreven, siquiera, a anunciarlo como un logro? Confío en que la benéfica Mesa del Ferrocarril –paso de los políticos- no pare de dar la tabarra.

La política como farsa ¿Hacen los políticos las cosas para las que fueron votados por los ciudadanos, cumplen su mandato, o hacen cosas impensables, a su bola? Llevamos nueve meses de embarazo, y dos Elecciones, y son incapaces de dar a luz un Gobierno.  Viven instalados en la miopía cortoplacista de ganarse un buen sueldo, se han hecho -muchos, sin preparación alguna- profesionales de la mamandurria inoperante y cómoda.  
De Gasperi, decía: “Un político mira a las próximas elecciones. Un estadista mira a la próxima generación.” 

El mortero Guinnes En el buen sentido, en Macael son muy bestias. Tanto que, hace algo más de un año, como homenaje a los artesanos y escultores, hicieron un mortero de mármol purísimo que ha pasado al Libro Guinnes de los records como el mortero más grande del mundo. Tan grande que, de broma, el día de la inauguración comenté que podría usarse de piscina.
El morterón atrae muchos turistas, que se asombran, por lo que la página web de “El Viajero Fisgón” lo colocó entre las quince rotondas más insólitas de España.
¡Unda!