Caer en manos de la Junta y de los ecologistas puede traerle al Mesón esa consecuencia. De entrada muy complicada se le debe ver la existencia desde el ayuntamiento que ya anuncia el derribo de algunos de sus muros y murallas. Justo es reconocer que Luis Rogelio Rodríguez-Comendador y Pérez dejo el ayuntamiento en el momento oportuno, dejando los problemas de su gestión a un nuevo y joven alcalde como es Ramón Fernández Pacheco. El Mesón y su trayectoria es culpa de Luis y su equipo, el tanatorio y su esperada sentencia que le puede costar al ciudadano almerienses más de seis millones de euros es de los tiempos de Luis Rogelio y su equipo, pero se lo va a comer el nieto de Monterreal. Hay más agujeros abiertos con empresas de funcionarios municipales que verán sus sentencias en breve y que pueden hacer algún boquete en el prestigio de nuestra clase política. Ciñéndonos al Mesón Gitano, no se entiende que unos políticos como los ediles del PP levantaran una obra que ahora están dispuestos a derribar en algunos de sus puntos, muros o murallas. ¿En qué estaba pensado el equipo de gobierno del PP en aquellos momentos en que aprobaba una obra que ahora quiere derribar, por lo menos en parte? ¿A qué se dedicaba la oposición, que tuvo que ser el Colegio de Arquitectos y UPYD los que llevaran a los tribunales la obra?
Tampoco es entendible que la Junta, responsable última en cuestiones de cultura y medioambiente, le permitiera en su día a Luis Rogelio y a su equipo una obra en el entorno de nuestro más importante monumento, la Alcazaba, que desde el principio contó con la crítica de una parte de la sociedad almeriense. Y es ahora, cuando está acabado el Mesón, cuando la Junta y el ayuntamiento deciden ponerse a hablar y decidir sobre la construcción realizada. Aún no sabemos la salomónica solución que van a tomar, pero siendo políticos los que la van a hacer nos podemos esperar cualquier “burrada”, de “burro”, para que se entienda. Y no dimite nadie. Luis Rogelio se quitó de en medio, pero ¿y sus ediles responsables?, eso, ¿dónde están que no dimiten? Don Carlos Sánchez, cuente por qué celebró una cena vip para amigos y colegas en un Mesón con problemas en su construcción y sin todas las bendiciones de la Junta. De esta cena si es responsable el nieto, nada tiene que ver Luis Rogelio.
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