El fallo es pensar que la Junta falla

“Me consta que el señor Tortosa es un hombre serio, con lo que habremos de enmarcar sus singulares declaraciones”

Jose Fernández
01:00 • 27 sept. 2016

Es difícil alcanzar las cotas de perfección logradas por la Junta de Andalucía para mimetizar, camuflar y hacer pasar de largo asuntos que, de ser protagonizados por otras administraciones (digamos, por ejemplo, el Ayuntamiento de Almería) provocarían ásperas concentraciones de información y opinión en medios informativos y redes sociales. ¿Se imaginan que el Ayuntamiento mantuviera impagos con trabajadores y proveedores de organismos como los Centros Tecnológicos de la Piedra y las Energías Renovables? ¿Se imaginan la que se estaría liando si el Ayuntamiento se viera forzado al cierre de estos dos organismos (de esos que forman parte del universo paralelo de entes, empresas, observatorios y demás chiringuitos ideados para el asentamiento nominal de amigos, socios y compañeros del PSOE) que en su día fueron presentados como la quintaesencia de la modernidad, la excelencia y el progreso andaluz? Manifestaciones, artículos, mociones, plataformas reivindicativas, sacrificios rituales… habríamos visto ya de todo. 
Y no sé, pero me cuesta trabajo pensar que saliera un concejal a decir, como ha hecho el Delegado de Economía de la Junta, Miguel Ángel Tortosa, que la culpa del fiasco la tiene la empresa privada “por no absorber la investigación que allí se hace”. Es decir, que el error no es de la propia Junta por planificar mal la viabilidad del invento, sino del empresario privado que no actúa como le interesa a la Junta.  Me consta que el señor Tortosa es un hombre serio, con lo que habremos de enmarcar sus singulares declaraciones (en la línea de echar la culpa de los agujeros de la Alcazaba al tío del taladro) a ese dogmático -y lisérgico- dictamen sevillano que explica la infalibilidad de la Junta de Andalucía como efecto de la especial asistencia que alguna divinidad no revelada hace a los responsables de la Junta cuando pontifican sobre su gestión: si hay errores la culpa siempre será de otro, bien lleve un consejo de administración o un taladro. Y es que el fallo es pensar que la Junta falla. 







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