Tiempo de meditación

Kayros
23:48 • 28 sept. 2016

Convertir el partido en una bestia lujuriosa para colocarnos a todo no es a la larga una buena estrategia. Hay que ser más humildes y, si cabe, más inteligentes. Es cierto que el primer objetivo de toda asociación política de hombres y mujeres es conquistar el poder para luego transformar la sociedad. Pero no podemos olvidar tampoco que se debe contar también con las  aspiraciones de otras asociaciones que probablemente tienen más medios disuasores. Hablar de la derecha, por ejemplo, es constatar que el dinero va al dinero, que los poderes fácticos saben muy bien lo que les conviene y que, en último análisis, siempre disponen de un generalito que asesta el golpe  cuando la cosa se pone fea. Por todo esto y por mucho más que no hace falta especificar, la izquierda debe conocer el tiempo que vivimos y adónde caminan las ideas. La socialdemocracia está en crisis en todo el mundo. En esta situación al socialismo solo le cabe esperar contra toda esperanza. Una unión tan ilusionante y tan llena de bienes  futuros como el de la Comunidad Europea, sueño de mentes privilegiadas, está ahora como perdiendo vitalidad y fuerza ante los embates de los nacionalismos. Unos con el brexit y otros con  su renuncia a entrar en el mercado, se diría que el sueño europeo está como desconocida. A esto habría que añadir el papel poco lucido del Gobierno socialista en Francia  por culpa sin duda de acontecimientos que desbordan los Estados. El caso de España merece capítulo aparte. Nunca en democracia había llegado este país a un bloqueo tan brutal de nueve meses donde parece que los españoles se hubieran vuelto incapaces para el diálogo. Al PP le avergüenza una historia de corrupción que no sé cómo puede presentarse de nuevo a gobernar. En el PSOE ha estallado una guerra nuclear entre barones históricos y nuevos militantes. Y en el resto de partidos cunde la palabrería que no  da un paso al frente. Hablan de un gobierno alternativo pero o bien Podemos no quiere nada con CIudadanos, o bien Ciudadanos se  echa en brazos del PP. Así no queda otra cosa que esperar. Esperar por mucho tiempo a ver si la ciudadanía se convence de quién le quiere de verdad y le dice las palabras de amor que necesita.







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