El sabio Martínmorales

“Nací en Almería en 1946. Allí estuve hasta los 14 años. Soy hijo de maestra y militar. Mis padres se iban trasladando de un sitio a otro. Por eso estoy como desarraigado.” Así habla des sí mismo el dibujante y humorista Paco Martínmorales en el catálogo de la exposición antológica “El dibujo inagotable. Cincuenta años de contribución al humor gráfico español”, una muestra que se abre mañana en Granada y que continuará su itinerario a primeros de año en Madrid.  Una exposición antológica que reivindica la ingente obra del paisano Martinmorales, uno de los humoristas gráficos clave de la Transición, cuya carrera quedó bruscamente interrumpida ,que no su vida, por las consecuencias de la caída de la rama de un árbol en agosto de 2010. Orgulloso de sus raíces vitales en la Alpujarra, de la que siempre ha sido un fiel propagandista, Paco ha llevado a gala su nacimiento y su pasado en Almería, donde encontró su primer colegio en el Dicesano. Almería es punto de encuentro del nacimiento del primer niño de la familia Martín Morales, de Ricardo Martín, el padre, un guardia civil  de Almegíjar, y de Carmen Morales, una maestra nacida en Orán. 
Con una dilatada carrera profesional, Martínmorales no ha dejado nunca de ser un autor crítico, rebelde e intransigente, a la par que uno de los más perspicaces y satírico humorista, rasgos  que han marcado una trayectoria  respetada y coherente que le han permitido plasmar con la tinta o la acuarela su mordaz, ácida y acertada crítica de cuantos hechos de la actualidad ha considerado. El autor reivindicado atesora una inmensa carga de méritos, desde la superación de no pocos obstáculos para andar la senda de su oficio, a la firmeza perenne en sus convicciones que tras constatar las miserias de la clase política le llevan a expresar “me doy cuenta de que tengo mucho de anarquista desde hace muchos años”. Admirador de su maestro Mingote y de tantos otros ilustres del dibujo y de la pintura, compañero de compañeros, Martínmorales, a decir del entrañable Antonio Ramos “es como un volcán, en su vida y en su obra”, “ un hombre que siempre se ha movido solo. Todo lo que es se lo debe a sí mismo”, asegura su único hermano, el fotoperiodista Ricardo Martín. Pero Paco es mucho más, un ser excepcional, tremendamente cariñoso, como asevera  su mujer, Magdalena de los Heros, y un sabio de la actualidad con un corazón gigante.