Las batallas del PSOE

Kayros
01:00 • 04 oct. 2016

Un partido  político  no  es “  el jardín de las delicias”  del  Bosco  sino  más bien  un campo de  batalla  en la  medida en que refleja  la lucha por la vida, las turbulencias  que atraviesa la sociedad y las  pulsiones  dominadores   más  o  menos ocultas de  los arribistas.  Los ciento treinta y dos años de historia  con sus  éxitos y sus fracasos  son un ejemplo palpable  de esta caminar convulso.  En el año  l879, Pablo  Iglesias  funda  el  Partido Socialista  Obrero  Español. Es el primer militante que ocupa un sillón en las Cortes. Al  principio  la labor  de este hombre   bueno, tan  alabado por Antonio  Machado, es meramente testimonial, reducida a hablar con los trabajadores   para crearles   conciencia  de clase. En 1888  se constituye  la  Unión Sindical  Socialista, o sea ,  La  Unión  General  de Trabajadores   ( UGT)  que tanta importancia iba  a tener  en   la  historia   socioeconómica de    este país.  Pero  pronto comenzaron  las disensiones  profundas.  
Al  producirse la  terrible  escisión de anarquistas y socialistas, Pablo Iglesias  se pronuncia por estos  últimos ; prefiere la moderación y la racionalidad  antes  que  las bombas  en los bancos..    En los años   treinta, es famosa  la dimisión  de  Francisco Largo Caballero, tal como cuenta  el historiador  Santos  Juliá. El resultado fue la parálisis del PSOE  en el peor   momento por  el  que atravesaba la República.  Largo Caballero  bloquea  la incorporación del  PSOE  a un Gobierno  de “ unidad  nacional”. Nunca   sabremos   si  se  hubiera  podido evitar el golpe   del  l8 de julio.  Durante la contienda  civil el PSOE desaparece  prácticamente.  Las  cárceles  y la clandestinidad   van   dejando casi todo el protagonismo  al  Partido Comunista. La refundación  del PSOE  se produce  años  después  en  Suresnes ( Francia)  Allí  triunfa el “ Isidoro” de las meriendas  andaluzas .   La amenaza de golpe  de Estado   junto  a la descomposición de la UCD  están  en la base  del Gobierno  socialista. Pero  antes  hay que librarse del marxismo. Palabra que   asusta  a   la ciudanía  española.  Con la teoría  de que no importa gato negro o blanco  sino  que  cace  ratones,  el marxismo es abolido del tablero   socialdemócrata.   Hacia los ochenta   el socialismo  por fin  gobierna  España. ¡ Y  cómo lo recuerdan   los pobres!.







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