Se e habla con frecuencia de hacer de Almería una ciudad más sostenible o más ecológica, y a veces nos perdemos un poco en planteamientos teóricos no demasiado comprensibles. En este sentido, siempre he pensado que hay que ser más claros a la hora de ofrecer respuestas efectivas a los problemas urbanos, y que para colocar en el epicentro del debate a los ciudadanos y su calidad de vida, hay que empezar por hablar de la limpieza. Y creo que es necesario que en Almería reordenemos las prioridades de los ciudadanos generando nuevas relaciones de equilibrio entre Almería y el medio ambiente. Para ello, lo primero es que Almería esté más limpia.
Sinceramente, creo que Almería puede y debe estar más limpia. Por eso estamos poniendo en marcha desde el Ayuntamiento un ambicioso programa de actuación y concienciación que se sustenta a través de la Ordenanza Municipal de Limpieza de Espacios Públicos y Recogida de Residuos, que sustituye y actualiza la Ordenanza anterior, aprobada en 1987. Se trata de un documento de partida, para establecer las bases de una nueva realidad social en cuanto a limpieza urbana. Y del mismo modo que las nuevas tecnologías están suponiendo un cambio significativo en el modo de recoger y tratar los residuos, no es menos cierto que la nueva realidad social existente exige de las administraciones mayor capacidad de respuesta en este campo ante la creciente sensibilización y preocupación de los ciudadanos por el cuidado y mantenimiento de su entorno urbano. Se trata de un texto que respeta la regulación contenida en otras disposiciones municipales sobre cuestiones como, por ejemplo, los animales domésticos, las ferias y fiestas, los mercados municipales, las obras en vía pública, etcétera. En este sentido, me gustaría volver a incidir en algo que siempre digo cuando hablamos de la limpieza en nuestra ciudad: todos los recursos económicos, materiales y humanos que podamos destinar a este objetivo común, serán siempre insuficientes si los almerienses no asumen la parte del esfuerzo que, como ciudadanos responsables, les corresponde. Por eso esta Ordenanza incide especialmente en la necesaria colaboración ciudadana, que entendemos como determinante a la hora de alcanzar el deseable logro de vivir en una ciudad más limpia, con mejor presencia y que sea un motivo de orgullo y satisfacción para todos los que la visiten y, de manera especial, para todos los que en ella vivimos.
De nada vale potenciar nuestro patrimonio medioambiental, nuestros monumentos, la gastronomía o la red de espacios culturales de Almería si no superamos de una vez la idea de que la limpieza de nuestra ciudad es una competencia exclusiva del Ayuntamiento, basada en la recogida y limpieza de lo que se vaya ensuciando, sin más.
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