Un total de ochenta expedientes, con mil novecientas páginas, sobre avistamientos de fenómenos extraños dentro del espacio aéreo español, comprendidos durante treinta y tres años de finales del pasado siglo, han sido publicados por el Ministerio de Defensa. Estos documentos abarcan fenómenos ocurridos en todo el espacio aéreo de nuestro país, desde el primero, observado en 1962 en San Javier, hasta el último avistamiento registrado que está fechado en Morón, en 1995. En la elaboración de los referidos expedientes han intervenido personal y/o material del Ejército del Aire, y en los mismos se han ocultado los datos de las personas declarantes y de los militares que informaron en su día de los avistamientos, cuyo proceso de desclasificación comenzó en 1991 con la denominación de “expedientes ovni”. La creciente demanda de investigadores y de los ciudadanos, en general, en cuanto a la consulta de esta documentación es lo que en las últimas décadas ha llevado a los responsables de Defensa a abrir la espita del material clasificado de secreto hasta ponerlo a disposición de su biblioteca virtual, en la que cualquier ciudadano puede acceder para recabar la oportuna información.
El único avistamiento producido en Almería, del que hay constancia en los documentos desclasificados, se produjo el día nueve de diciembre de 1968, y no hay constancia de que los militares hubieran observado en nuestra provincia algún fenómeno extraño posterior, al menos en la documentación que se ha abierto al público.
En aquella fecha de finales de los años sesenta la climatología debía estar en mayor consonancia con las diferentes estaciones. Hacía frío en invierno, llovía y nevaba, los veranos no eran tan secos como los de los últimos tiempos y las tormentas descargaban cuando les correspondía. Tal vez esta normalidad climatológica no hizo alumbrar entonces la popular avioneta revientanubes que tantos quebraderos de cabeza ocasiona ahora a las gentes del campo del Sudeste español. Tal vez el escepticismo sobre este no menos extraño fenómeno haya relajado la vigilancia y prevención, no solo del Ejército del Aire, sino del Seprona y de los beneméritos agentes responsables de la investigación acerca de la existencia de tan feroz enemiga para el campo, que no han hallado rastro de la famosa avioneta. A lo mejor es que tan misteriosa aeronave que espanta las nubes de nuestros cielos en realidad es alguno de esos objetos voladores no identificados, o sea, un ovni. Qué sabe nadie.
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