La palabra del año

Kayros
01:00 • 18 nov. 2016

E l  “Diccionario Oxford”  la ha   puesto de moda. Se llama “posverdad”. Y tiene  que ver con aspectos   meramente  emocionales  y periféricos  de la realidad.    Es decir ,si los antiguos filósofos realistas  nos   habían enseñado  que el  juicio   era un compuesto  de observación y  de   lenguaje, aquí   poco tiene que ver   el objeto   racional. En la llamada   “ posverdad”   bien poco   cambian  los políticos. Acabamos de asistir a fenómenos   de multitudes sociales como el “brexit”  en el   Reino  Unido  o la  ascensión   a la Casa  Blanca de  un empresario que dice no saber nada  de   política.  Y tal vez  no esté  lejos  de este terremoto  demoscópico  la  posible  ascensión de la ultraderecha  en  Francia, y en otros lugares  de   Europa. Así  pues” Posverdad   tendría r  alguna   concordancia con el fascismo de entreguerras, la vida tomada como   rencor y agresividad.  Un hombre cree que debe   deportar once millones  de indocumentados.  Lo dice  a los cuatro vientos  contra la prensa, contra los intelectuales  del mundo  y  contra las  grandes  multinacionales, y va el que tiene fama de  paleto  y  gana las elecciones. Primacía pues delo que se siente  frente a la verdad  revelada y   canónica . “The  Economist” ha  definido bien este momento partiendo de  la emoción de las masas: “ Donald  es el  máximo exponente de la política  de  “posverdad”,  una confianza en acciones que se sienten  verdad  pero que no se apoyan en la realidad”.  Pensemos  pues en esos programas  televisivos regidos por la audiencia  pero  vacíos  de  contenido alguno .   salvo lo que ellos llaman el  entretenimiento   que  es hablar  mal del prójimo   Por aquí también ocurren cosas  en relación con el sentimiento. Una mujer de  81 años   que se alumbraba con velas plantea    el problema  de la pobreza  energética  .  Dicen que  en  España hay siete millones  que no pueden tener   sus  casas a temperatura adecuada.    Estas y otras  injusticias mueven a las clases medias bajas  a  mirar  el mundo desde el sentimiento,  por encima de  cualquier prédica  más  racional Y es aquí donde  toma cuerpo  el mensaje  de Trump  aunque a primera vista parezca un contrasentido.  No hay modo , a lo que  parece , que la corrupción de los partidos   tenga  incidencia en los resultados   electorales, según  hemos visto  en  las  consultas pasadas, probablemente   en  España  la “ posverdad”  esté  haciendo  también  de  las suyas . 







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