Teresa Rodríguez castiga a Lucía Ayala y la excluye de la dirección

Podemos era algo distinto, nos dijeron al llegar. Traían otras formas de hacer y estar en la política, y la gente se lo creyó. Eran la nueva y esperanzadora política española y andaluza, no sonaba mal. Poquito les ha durado. A las primeras de cambio han demostrado que de distintos nada, que de nuevas formas menos y que la esperanza se ha perdido. La señora del “Kichi” se ha hecho con el poder en Andalucía y lo primero ha sido dejar en la cuneta a los críticos. Te enfrentaste a mí, has perdido y no cuento contigo. Así la almeriense y parlamentaria andaluza Lucía Ayala ha sido excluida de la dirección regional en la que estaba hasta ahora. No ha sido ninguna sorpresa la reacción de doña Teresa, es a lo que nos tienen acostumbrados los partidos políticos, pero ellos, los chicos de Pablo Iglesias  eran la quintaesencia, o así lo manifestaban desde los medios. En los demás grupos políticos el que ganaba se quedaba con chiringuito y los perdedores a sufrir el frío de la calle y la soledad de las aceras. Creíamos, qué ilusos somos, que Podemos iba a ofrecer un cambio en sus planteamientos políticos. ¡Que si quieres arroz, Teresita! En las pasadas elecciones don Julio Rodríguez se quedó a las puertas de ser diputado por nuestra provincia, en unas próximas con la imagen que Podemos está ofreciendo en Almería no soy optimista en cuando a los votos a conseguir, y no veo al cunero don Julio presentándose de nuevo. Cuando los dirigentes de los partidos políticos toman decisiones pensando en ellos y en sus intereses particulares, se están ganando el rechazo de la sociedad. Con los cuneros el votante de Almería se lo demostró a Podemos, ahora, con la exclusión de Lucia Ayala de la dirección regional, doña Teresa “la vengativa” tendrá que buscar los votos en su tacita, no creo que vaya a pescar muchos en nuestro Mediterráneo si no cambia su estrategia. Y no la vemos capaz de hacerlo.
La izquierda política como siempre a la greña. No aprenderán. Podemos puede acabar, si desde la dirección central no le remedian, como bandas y banderías en unos reinos de taifas incongruentes en estos tiempos, divididos y enfrentados entre todos ellos, peleando por el más cercano e interesado poder en vez de buscar el interés general de los ciudadanos, que es el que les va a proporcionar los votos para gobernar.

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