Pacto nacional por la educación

Pedro Mena Enciso
22:55 • 19 dic. 2016

Desde la Transición venimos clamando por un Pacto Educativo apelando a ese espíritu de consenso y altura de miras que debe caracterizar a los representantes del pueblo. Sin embargo, han pasado ya casi cuatro décadas y hemos contemplado, de una u otra manera, varias reformas educativas siempre partidistas y con las consiguientes interpretaciones en las distintas autonomías. ALMERÍA EN EL TIEMPO quiere recordar, fundamentalmente al PP y al PSOE, que son ellos los mayores culpables del fracaso escolar en que estamos inmersos por no haber sido capaces de entender lo que significa la palabra PACTO.
Llegar a un acuerdo significa negociar intensamente y no de cara a la galería ni a los medios de comunicación; es decir, que el Gobierno no puede presentar un texto a la oposición para que se sume sino que cada partido, debidamente asesorado, debe presentar sus propuestas para que las conozcamos todos, especialmente los profesionales de la educación ya que somos los auténticos protagonistas porque  debemos aplicar el nuevo modelo educativo. Para conseguir aprobar esta asignatura pendiente, y arrojar definitivamente a la política de la Escuela, tenemos que superar prejuicios del pasado y posiciones revanchistas y sectarias como, por ejemplo, el absurdo y eterno debate en torno a la Religión, a la Ciudadanía… Hemos de reconocer  que ni con la LOGSE ni con la LOE ni con la LOMCE se ha conseguido evitar el fracaso escolar ni el constante deterioro de la educación que es lo que realmente falta en la sociedad, en la familia y en la escuela. Por tanto, esfuerzo y respeto a la autoridad del profesor deben volver a nuestras aulas, hogares y relaciones sociales.
Mientras el alumno pueda mirar de forma desafiante a un profesor, o ignorarle, insultarle y menospreciarle sin que se tomen medidas contundentes, no será posible reforma alguna. Por otra parte, el alumno no se merece todo lo que le apetezca ya que la educación es al mismo tiempo un derecho y un deber (pero no a nivel formal, sino real). Hay que exigir trabajo, esfuerzo y dedicación para conseguir una recompensa y, caso contrario, habrá que tomar medidas sin miedo a ejercer la autoridad que no tiene nada que ver con el autoritarismo (propio de quien no ha madurado como demócrata). Además, el mencionado PACTO tiene que ser avanzado en nuevas metodologías y recursos educativos para que perdure en el tiempo. Por otra parte, se debe replantear la carrera docente para conseguir tener a los mejores profesionales en las escuelas. Tengo la esperanza de que, en esta legislatura, sin prisas ni pausas, construyamos un Proyecto Educativo Común para toda España en el que los protagonistas sean los alumnos y maestros, razón de ser de la Escuela.







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