Admito no ser un gran entendido en cuestiones relativas a las especies vegetales autóctonas almerienses, por lo que ruego que consideren las próximas líneas como unas reflexiones personales carentes de rigor científico. Mis paisajes son más sentimentales que biológicos, por lo que siento en el alma que la Junta de Andalucía, ese inagotable caudal de felicidad y gozo para Almería, esté arrancando las pitas de la zona de Retamar-Toyo con una eficacia y rapidez que ya hubieran querido los padres de la zona que estuvieron casi una década reclamando a Sevilla el prometido Instituto. Pero no nos desviemos. La Junta explica el arranque en que las pitas fueron introducidas en la zona de manera invasiva en la década de los cincuenta para iniciar la producción industrial de fibras de cáñamo, intentona que fracasó por culpa del descubrimiento de la fibra sintética. Y como en esa operación se eliminó la especie original, que era el arto, la Junta ha dicho que hay que reponer lo que estaba antes de las pitas, desaprovechando una magnífica ocasión para explicar que están aplicando la Ley de Memoria Histórica al ámbito vegetal. Ya digo que no estoy capacitado para valorar el acierto o el error del arranque desde el punto de vista botánico, pero lo que sí sé es que eliminar las pitas es borrar de un plumazo una parte muy querida de la estética “Marca Almería”, tan rica en perfiles altivos recortados sobre el levante infinito. Pero la pita no se pierda por culpa de la Junta, sino por la desidia intelectual de los almerienses. Si hubiéramos sido capaces de establecer un relato estético sobre la pita, la Junta tendría que refrenar su talibanismo ecológico. Me incluyo pues en el demérito de no haber sabido plasmar la estoica indolencia de la pita igual que Gerardo Diego dibujó para siempre un surtidor de sombra y sueños sobre el ciprés de Silos. Aunque eso sí, si recuperamos aquel divertidísimo “A la sombra de un pitaco me enamoré de ti”, de los Zapata and Company (debo tener copia del disco en algún altillo) lo mismo tenemos ya la base de ese relato.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/120098/surtidores-de-sombras-arrancadas