Ese referente político del que usted nos habla

Isaías Lafuente
01:00 • 22 dic. 2016

Jose María Aznar no da puntada sin hilo y ha elegido el aniversario de la penúltima victoria insuficiente de Mariano Rajoy, la de las elecciones del 20D, para comunicar al partido que fundó que abandona su presidencia de honor. Es verdad que el presidente de honor de un partido no tiene ningún poder ejecutivo, pero cuando el honrado con el puesto lo abandona, está remarcando con luces de neón que ya no es un honor para él representar al partido. Es lo que se llama crisis.
El divorcio entre Aznar y Rajoy viene de lejos. Se inició ya en el Congreso del PP de Valencia en 2008 del que Rajoy salió victorioso pese a la oposición del núcleo aznarista. Y este distanciamiento tiene una carga especialmente simbólica, siendo Aznar el que señaló a Rajoy como heredero político al frente del PP. Durante los últimos años, el expresidente ha lanzado numerosos dardos contra su sucesor. Le ha criticado el incumplimiento de su programa, las medidas fiscales que han castigado a las clases medias, su tibieza frente a la cuestión catalana y, en general, la indefinición de su proyecto, hasta llegarse a preguntar “dónde está el PP”. Alguno de estos dardos ha sido particularmente venenoso, como cuando afirmó que prefiere más a Rajoy cuando le escucha defender la unidad de España que cuando dice “llueve mucho”. Cada vez que desde dentro del partido le han echado en cara estas ácidas críticas, Aznar se ha defendido afirmando que sus opinión es “la expresión de lo que sienten millones de españoles”.
Como Rajoy es de los que sirven sus venganzas en plato frío, esperó su ocasión y se la tomó, pasado el tiempo, al no acudir a la presentación de la segunda parte de las memorias de Aznar en noviembre de 2013. Y ya se sabe, como no fue el jefe en ejercicio, también se ausentaron todos los miembros de su gabinete y los máximos dirigentes del partido. “Si lo que se ha mandado es un mensaje de ruptura, pues se toma nota”, dijo Aznar al valorar tan rotundo vacío. El también se ha tomado su tiempo, pero se ve que tomó nota. El pasado verano no invitó a Rajoy a los cursos de FAES, en octubre desvinculó esta fundación del PP y el martes certificó su propia desvinculación del partido.







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