Si hay algo que caracterice a la Europa conservadora en este momento es la estabilidad. Sus líderes no son nada del otro mundo por lo que se refiere a eso que llamamos carisma. Valls y Fillon, en Francia, Renzi en Italia, Merkel en Alemania, Rajoy en España reproducen como políticos el mismo modelo escasamente entusiasta. No es extraño, por tanto, que la izquierda no encuentre, a pesar de no pocos tanteos y dudas, su verdadero camino a seguir. Los críticos exigen a Pedro Sánchez que se pronuncie pronto por las primarias pidiendo incluso la fecha del Congreso. Por lo que se refiere a Susana Díaz, apoyada al parecer por la gestora, tampoco se inclina de momento por trasladarse a Madrid poniéndose al frente del partido nacional. Ella suele decir que irá adonde le lleven sus compañeros, pero cada día que pasa aumentan las dubitaciones. Entre tanto el PP se consolida como firme ganador de las elecciones sin afectarle, lo que parece, la vergonzosa historia de corrupción que arrastra. Más dificultoso aún que los socialistas lo tiene Podemos. Esta semana ha estallado la bomba que puede fracturar el partido si antes no se ponen de acuerdo Pablo Iglesias y Iñigo Errejón. Por lo que vamos sabiendo en sucesivas entregas la crisis es más profunda de lo que parecía. Según sea quien hable y dónde esté enclavado cada informante, los argumentos se colorean de manera distinta. Además, el despido anunciado con antelación de José Manuel López, portavoz de Podemos en el Parlamento regional, ha sido definido como por las huestes de Errejón como vieja política. Por otro lado, algunos pablistas concordatarios se empeñan en decir que existe total acuerdo entre unos y otros a pesar de la imagen de división que han dado estos días. Una frase enigmática parece atarlo todo, no obstante: “Podemos no será Podemos sin Iñigo Errejón pero la fortaleza de Iñigo no se puede construir debilitando a Pablo”. A mí no me interesa por ahora seguir con pelos y señales la polémica. Ya habrá tiempo para distinguir matices, dar y quitar razones: lo verdaderamente importante es dejar constancia del acercamiento entre PSOE y Podemos de cara a la toma del poder. No vale pactar unas cosas dejando otras para no sabemos cuándo.
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