Almería es la segunda capital de provincia con más pobreza de España. Así se desprende de un estudio basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) que acaba de publicar la consultora AIS Group. Y, siendo negativo el dato para Almería en tasa de población en riesgo de pobreza, no lo es menos para el resto de Andalucía, comunidad que ostenta el dudoso honor de encabezar, y casi acaparar en exclusiva, la pobreza en España.
El listado de las 10 primeras poblaciones con más de 50 000 habitantes y mayor tasa de riesgo de pobreza es el siguiente: Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 40%; Alcalá de Guadaira (Sevilla), 38,6%; Utrera (Sevilla), 37,6%; La Línea de la Concepción (Cádiz), 37,6%; Córdoba, 37,2%; Chiclana de la Frontera (Cádiz), 36,7%; ALMERÍA, 36,7%; Torrevieja (Alicante), 36,6%; Linares (Jaén), 36,5% y Dos Hermanas (Sevilla), 36,1% . Insisto en que estos datos son nacionales. De todo el país, y en las diez primeras posiciones, Andalucía obtiene una relación de 9:1. Y, abundando en el detalle, del amplio listado las cinco capitales españolas más pobres de España son andaluzas por este orden: Córdoba, Almería, Huelva, Málaga y Sevilla.
Llama la atención el caso de Córdoba, capital dotada de AVE e importantes reclamos turísticos. No obstante, el índice de pobreza que adjudica el citado estudio lo justifica por los “daños colaterales” derivados de la crisis en CajaSur. Esta presunta dependencia económica y su repercusión social derivada del desastroso desenlace de una entidad financiera induce a reflexionar sobre la particularidad de Almería, cuya riqueza se confía en un altísimo porcentaje a una entidad de naturaleza cooperativa cuya vida, solvencia y éxito guarde Dios por muchos años… por el bien de todos.
Otra reflexión que me asalta es la escasa distancia entre Córdoba y Almería. Córdoba -a diferencia de Almería- disfruta de AVE, equidistancia estratégica, valiosísimos centros turísticos de altísima frecuentación, casco histórico consolidado, referente gastronómico, atractiva producción agroalimentaria… y, a pesar de esos atractivos, es una capital que encabeza el índice de pobreza en España. No sé qué puede influir para llegar a esta situación. Se me ocurre mirar hacia el lado de la política, y el dato que obtengo es que Córdoba ha sido gobernada en gran medida por alcaldes de la izquierda (Partido Comunista y PSOE), ambas formaciones han gobernado en un 80%; mientras el PP lo hizo en un 20% desde la Transición. Esto no es determinante, pero es un dato.
Ahora miremos hacia Almería. La capital es excéntrica en ubicación estratégica y carente de vías de comunicación como el AVE, inequívoco argumento para alentar la industria turística y la aproximación comercial. Almería tampoco ha conseguido consolidar el casco histórico que en otras capitales son atractivo inexcusable, siendo su plaza mayor un freno para la deseable sinergia como dinámico centro administrativo. Los referentes históricos y culturales como la Alcazaba se debaten en permanentes disquisiciones sobre conservación, competencias, rehabilitación. Los parques naturales son permanente motivo de conflicto, y aún se estudia el “modelo” de turismo para la provincia. El puerto afronta cuatro lustros de pretendido proyecto Puerto-Ciudad que otorgue una convivencia civilizada con la capital… Así se pueden relacionar una larga serie de carencias que, fundamentalmente por decisiones políticas, quedan postradas o frustradas y, en su inmensa mayoría, competen a la Junta. En la historia de la Junta no hubo otro gobierno que el del PSOE; el mismo que ha jalonado su dilatada existencia con festonados ribetes de modernidad, dos punto cero, de lujo, imparable… pero la realidad no se silencia con eslóganes y clientelismo. Andalucía, con sus enormes potencialidades, es la más pobre de España. Y Almería no lo es tanto… a pesar de su mayor factor limitante para su desarrollo: la Junta de Andalucía.
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