El Ayuntamiento de Roquetas de Mar estuvo a punto de echarle la culpa a Dios de los precios del líquido elemento. Al final parece que tanto el PP como Ciudadanos se lo pensaron por dos veces dejando el valor del agua como estaba. Sin venir mucho a cuento, los señores concejales hablaron de la sequia y de la lluvia huidiza, pero, en verdad, el núcleo de la cuestión residía en la pasta municipal. Es emocionante ver a la oposición, que no suele creer mucho en Dios, trabajando por disminuir el “tarifazo” y haciendo felices a los pobres, mientras que los católicos de toda la vida, que no se cansan de pasear a la Virgen por tierra y mar, defienden sus tributos como el pan bendito. Ciudadanos tiene un problema. Aspira a ser el centro de Suárez a estas alturas y cada vez que se mueven los partidos, ellos tienen que correrse de un lado para otro como si fueran una persiana. El caso es que Amat siempre sale ganando. Se mantuvo en la alcaldía por el voto de Ciudadanos. Y ahora el partido de Rivera colabora a mantener los precios supuestamente excesivos del agua. ¿De quién son algunos pozos? ¿Quién se beneficia del agua que cae generosa del cielo?. De modo y manera que el panorama sociológico no puede ser más catastrófico para ciertas clases sociales. Esta misma semana se ha publicado la noticia de que la salvación de algunas Cajas de Ahorros costó al erario público 67.OOO millones de euros. La luz ha subido un 25%, el agua otro tanto. Si hemos de pagar los robos señoriles de tanta gente instalada en la comodidad, entonces estamos haciendo un país inhabitable. Dice la prensa provinciana que las últimas lluvias no acaban con la sequía y que puede haber restricciones. Encima eso. Agua escasa a pesar de su empinado precio. “Andalucía, escribe Eva de la Torre, atraviesa una sequía metereológica, especialmente severa en el ámbito de la Demarcación de las Cuencas mediterráneas que pueden derivar en una sequía hidrológica”. Junto a la pobreza energética y otras pobrezas menos historiadas, ahora nos sale al camino la pobreza hidrológica que nos pone en el mundo bien conocido del poeta Sotomayor, autor del poemazo “La seca”. Alto ahí nuestros Ayuntamientos previsores: Esto no es Africa. Y la democracia debe servir para algo. Si el precio del agua no se mueve, ya estoy viendo a grupos de mujeres, con el cántaro al hombro, hacía los pozos comunales que nadie sabe de quién son.
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