Fitur

De siempre, los hombres han tenido necesidad de visitarse mutuamente, de ampliar conocimientos y de gozar de nuevos horizontes- paisajísticos.No siempre fue posible esta salida de sí unas veces por la guerra y otras por los malos caminos. Al menos con la globalización hemos aprendido que los viajes son humanamente enriquecedores. Dice la prensa nacional que el turismo mundial no cesa de crecer. En concreto este mismo año ido, 1235 millones de seres humanos han viajado fuera de sus fronteras. Tan formidable movimiento de masas no podía ser desaprovechado por los estrategas de la economía mundial. Ha nacido en el planeta una nueva riqueza que se llama turismo. De ahí que se  haya creado una valiosa industria mundial  para encauzar, dirigir y trasladar al hombre  de un paraíso natural a otro. Ayer dio comienzo en Madrid la 37 Feria Internacional del Turismo presidida por el Rey, Felipe VI, con asistencia del Presidente del Gobierno, Ayuntamientos y Diputaciones, amén de otros calificados empresarios del sector de la cultura y el ocio. Partiendo de lo más cercano, debemos destacar la presencia organizativa de la Diputación almeriense con un stand de casi trescientos metros. Esta vez también ha ido encargada la figura de Bisbal para tirar del carro de la promoción y la publicidad. Y podríamos decir que  no ha quedado fuera de foco ninguna faceta netamente almeriense desde la gastronomía, el flamenco, el cine, la mítica agricultura temprana y hasta las estrellitas lejanas de Calar Alto. Una forma bastante original de salir de la condenada crisis creando empleo que es como crear riqueza.  Quizás debiéramos corregirnos algo en la limpieza de calles, en la finura en el trato,  en el levantamiento de centros educativos, así  como en el fomento de la lectura. Nada que decir sobre nuestras playas, sol tan férreamente aficionado a pasar aquí el invierno y qué invierno, Dios, llevamos este año con nieve inesperada en sitios inverosímiles. Aquellos que no conocían la blancura de los copos van a doctorarse este año en los pueblos con la alegría siempre perenne de la gente menuda. Viene a cuento aquello del refrán: años de nieves, años de bienes. A ver si los de las encuestas nos dicen, allá por mayo, que hemos crecido por encima del 3%. Algo que habrá que agradecérselo al frío y a la nieve.