Desde hace unos días, España entera está alarmada por la subida de la factura de la luz. El primero, el ministro del ramo que ha profetizado que este año pagaremos 100 euros más que el año pasado. Nadal se ha sumado a la alarma y se dispone a cambiar no sé cuantas cosas del sistema dando pábulo a cientos de informaciones que no se corresponden con la realidad. Para empezar, la mitad de los consumidores por el tipo de tarifa que tienen contratada no van a notar ninguna subida. El Luego están los cientos de miles de consumidores que disponen del bono social. Y de los que tienen una tarifa susceptible de subir como mucho van a pagar entre 2 y 4 euros más, mientras duren, claro, las circunstancias actuales.
Cierto que en estos días de frío siberiano no hay viento, no ha llovido y el petróleo y el gas es más caro. Por tanto, ha entrado en el sistema la energía más cara que se produce con gas mediante centrales de ciclo combinado y esto va encarecer el recibo. Pero. además de lo que he explicado anteriormente sobre la variedad de tarifas, a parte del recibo que sube es la relativa al coste de producción, un tercio del total de nuestra factura. Luego están los impuestos y después una ristra de costes, ajenos a nuestro particular consumo, que son básicamente decisiones políticas que se han tomado y que pagamos los consumidores . Entre ellas, las millonarias subvenciones a las renovables, la amortización del déficit generado por no subir los precios teniendo en cuenta esos costes, así como otros gastos derivados de transporte y distribución y que suponen el 46 por ciento del total de la factura. Por ejemplo, en una factura con un importe total de 100 euros (en dos meses), el coste de lo que consumimos es redondeando de 31 euros, los impuestos 21 y los costes regulados 46. Es decir que la subida se aplicaría sobre los 31 para los que tengan tarifas variables y esto se traduce en 2, 3 o 4 euros en este mes o durante el tiempo en el que converjan todas las variables: falta de agua, viento y petróleo y gas más caros.
Es increíble que hasta la Fiscalía haya dicho que va a investigar por qué la factura de la luz de una cuarta parte como mucho de los consumidores va a subir 2, 3 o 4 euros este mes. Increíble que el gobierno entre al trapo de la izquierda, la que va de moderada y la radical, que ha pedido hasta la nacionalización de las eléctricas y que nadie haya sido capaz de poner un poco de cordura. Hubiera bastado con poner las cifras blanco sobre negro y no dejarse llevar por la corriente. Este, desgraciadamente, está siendo el pan nuestro de cada día. Todos a remolque de la alarma generada por unos cuantos con la clara intención de desgastar al gobierno, embarrar el campo y tener al país en vilo con un evidente discurso de confrontación y demagogia.
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