Bienvenida la contestación

Por fortuna el rechazo mundial se yergue contra los disparates incontrolados de Donald Trump. Me recuerda otras luchas más cercanas y más sangrientas contra el dictador. Aquí, como ustedes saben, la iniciativa callejara contra Franco la tomó la cultura en sustitución de los partidos y los grupos de presión. Pero el resultado fue el mismo. Al final nadie puede contra las libertades y los avances conseguidos. ¿Quién va a poner ahora de revés los derechos humanos con lo que viene luchando la humanidad para conseguirlos?. La cultura del mundo se yergue, insisto, contra el nuevo dueño de la Casa Blanca. Nos llegan noticias de contestación de todas partes. Obama que dejó el poder hace nada, acusa a Trump de poner en peligro los valores americanos. Artistas, intelectuales y amantes de las libertades rechazan las disposiciones sin cabeza  del nuevo mandatario. Por aquí por Europa se levanta amenazador un nuevo frente a la anunciada venida del presiente estadounidense. Dicen las noticias que un millón y medio de personas han firmado en el Reino Unido para que se  anule la llegada de Donald Trump. Albricias, cultura. Quien te conocía siempre humillada y muda por otros poderes bancarios, se alegra de corazón de verte luchando en primera línea. Gentes del libro, del pensamiento, del arte, gentes de la investigación, del pasado y del futuro. uníos de una vez que bien vale la penas conservar lo que tanto costó al tiempo que se abren nuevas vías de progreso. Bien es cierto que no todos los gobiernos son tan diáfanos en su política a seguir. Algunos de ellos tiran la piedra y esconden la mano. Siempre la misma zorrería situacionista a la espera de ver que pedazo dela tarta se comerán. Como ha destacado nuestra prensa nacional, lo bonito de este rechazo es que es casi unánime. En este plan, el populista presidente de cabeza de cobre, no tendrá otro remedio que frenar sus osadías  imperialistas. Atacar ahora las creencias, las etnias, las religiones, resulta de un atraso brutal que solo conduce al cierre de fronteras y al odio entre los pueblos. No me extraña que el principal enemigo del mandatario sea la prensa internacional, A esta sí que no es posible encerrarla en un cenicero del ala derecha de la Casa Blanca.