Me despierto esta mañana con la sorprendente noticia de que la Comisión Permanente de la Mesa del Ferrocarril, de la que formo parte, ha invitado a la presidenta de nuestra autonomía a acompañarnos a Bruselas. Asistí a la reunión de la Permanente y a la rueda de prensa posterior, y puedo asegurar que no quiso ser así. Si se entendió eso, no nos explicamos bien.
Lo que se dijo en la Comisión y se comentó luego ante los medios, es que alguien había oído que doña Susana manifestó su disposición a acompañarnos, y dijimos que si ella quería, nosotros no nos vamos a oponer, ni a que venga ella, ni a que venga ningún otro representante político que quiera venir, como ya lo hicimos en los viajes al Parlamento de Sevilla y al Congreso de Madrid. Acudimos a ambos sitios para llevar la denuncia de nuestro abandono ferroviario y presentar nuestras demandas, en el entendimiento de que la iniciativa de los dos viajes era de la Mesa, y los políticos nos acompañaban para escenificar su apoyo.
Nuestra satisfacción en esos dos casos fue que todos los grupos políticos nos siguieran, reconociendo expresamente lo que defendemos en la Mesa desde nuestra fundación: que buscamos el interés general de Almería, por encima de ideologías y de intereses personales, particulares, o partidistas. Todavía hay quien no quiere aceptar que esto es así, quizás porque somos incómodos y se necesitan argumentos para descalificarnos.
Los políticos deben dedicarse a cumplir con su obligación de defender el interés de los ciudadanos a los que representan, sin intentar aprovecharse de iniciativas como la nuestra, para sacar réditos políticos, tiñéndolas de ideología. Vamos a Bruselas porque creemos que después de dieciocho meses de trabajo intenso, aquí no se nos hace caso: las reducciones sonrojantes de cinco minutos en los viajes a Madrid, el incumplimiento de los compromisos adquiridos sobre la Estación, el hecho de que no se inicien las raquíticas obras de mejora anunciadas para la línea convencional, la falta de noticias sobre el intercambiador, el silencio, que ya es descortés, del nuevo ministro ante nuestros requerimientos, y ahora el retraso de la adaptación de los Talgo VI para personas con movilidad reducida, demuestran que es así.
Este lamentable balance de acciones y de actitudes solo puede generar desesperanza y falta de credibilidad. Si esto está pasando en asuntos “menores”, qué decir de la Alta Velocidad. A pesar de su importancia y de su trascendencia económica y social, califico de menores esos asuntos por su costo asequible (incluso en algún caso costo cero) y por la facilidad con que se podrían resolver con un mínimo de voluntad política. Según esos criterios la Alta Velocidad es un asunto mayor, por lo que su situación es todavía más preocupante.
No sólo llevamos casi seis años sin obras y sigue paralizado el único tramo licitado en ese tiempo, sino que continúan existiendo muchas incertidumbres como la indefinición del modelo, y la falta de proyectos. El colofón ha sido el anuncio de que en 2020 se llegará a Vera.
Hay que reconocer que el compromiso del presidente del partido popular es valiente a la vista de las circunstancias mencionadas, pero además es insuficiente (necesitamos la línea completa hasta Almería) y poco creíble: ya no valen promesas de fechas horizonte, que se han incumplido repetidamente. Hace falta un seguimiento continuo, día a día, del avance en la solución de los problemas: consignaciones en los presupuestos, licitaciones de proyectos y obras, control de su ejecución,… todo ello con un cronograma detallado y preciso. Si no, ocurrirá lo mismo que con la adaptación para personas con movilidad reducida: se incumplirá.
Las obras de la Alta Velocidad se financian con fondos europeos, y nuestro Corredor Mediterráneo es una línea prioritaria para Bruselas, así que allí vamos a ir a explicar que lo que dice el reciente Informe Jan Brinkhorst en el que se da un toque de atención al gobierno de España, no solo es cierto, sino que se queda corto para nuestras necesidades.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/122797/la-mesa-del-ferrocarril-bruselas-y-susana-diaz