Pequeña lección de historia local

Diego Alonso Berbel
01:00 • 11 feb. 2017

Tengo 80 años recién cumplidos y voy a contar lo que he leído y vivido sobre la Rambla de Albox, mi pueblo. En 1891 hubo una inundación. La actual calle Silvela se llamaba entonces “Los Álamos”, porque a lo largo de ella había una alameda que era la defensa natural del Pueblo. En la Diputación de Almería pude ver una fotografía, consecuencia de aquella riada:  un edificio de tres plantas había quedado reducido a un esqueleto, solamente quedaban columnas y vigas. Desde Manila llegaron fondos al periódico “La Época”, para ayudar a los damnificados.
En Junio de 1900 ocurrió otra inundación. La Rambla de Albox se llevó el puente del ferrocarril en Almanzora, como nos muestra una fotografía del Ingeniero Gilman, constructor de aquella vía férrea. En 1923 debió suceder otra inundación, porque según el Profesor Francisco Serrano, cada 25 años la Rambla acudía a su cita.
En 1948 fui testigo de la siguiente. Todas las familias del Pueblo subimos huyendo al Barrio Alto. En la casa de mi abuela nos juntamos hijos y nietos. Desde la casa de enfrente pude ver la Rambla convertida en una enorme montaña de agua, que saltaba y ampliaba sus riberas, mientras la dueña de la casa gritaba llena de pánico, preguntando por su hijo. 
Fue en 1973, justamente 25 años después, cuando se repitió la función.  Albox quedó incomunicado. El agua bajaba a 90 km/hora, saltando por encima del puente. Entró en las casas como reina y señora. Al golpear en la muralla que defiende el Pueblo, saltaba a 20 metros de altura. El colegio “Virgen del Saliente” fue destruido en parte. Posteriormente han construido otro puente a la altura de ese colegio y estoy seguro de que sus constructores no han visto la Rambla de Albox en su salsa. 
He leído la nota explicativa de la Junta de Andalucía, justificando la unión de los dos colegios. Según la estadística está muy bien redactada y no se puede objetar nada en contra. Sin embargo parte de una premisa olvidada, el colegio Virgen del Saliente no debió construirse en ese lugar, y mucho menos mantenerlo después de haber construido un nuevo puente a su altura. 
Me voy a permitir describir lo que puede pasar el próximo año 2.023, que es la cita acostumbrada de la Rambla. El agua bajará a  90 km/hora , con gran cantidad de árboles y enseres. Taponará los ojos del puente y hará un embalse de 1 km. Se ensanchará entrando en el Pueblo por su margen derecha y en el colegio por su margen izquierda. La gente tendrá que huir buscando las alturas. El colegio “Virgen del Saliente” quedará convertido en un nuevo esqueleto, sólo tendrá vigas y columnas. No hay que ser profeta para saberlo, es fruto de la experiencia.
Después de conocer todo esto, ¿deben nuestros niños ir a ese colegio? Pienso que no y por eso me adelanto. Más vale prevenir que curar.


 







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