San Valentín en Almería

Así es el amor: una explosión, un chispazo apasionado donde Razón y Corazón se encaminan en una única dirección hasta la fusión ideal

Pedro Mena Enciso
23:35 • 13 feb. 2017

Hoy, día del AMOR, me viene a la memoria “Enigmas y Leyendas de Almería”, obra publicada por el  humanista almeriense Alberto Cerezuela que, entre el misterio y la tradición, habla de la posibilidad de que los restos del “santo del amor” podrían reposar en la Catedral de nuestra ciudad. Explica, el citado erudito, que en su investigación  descubrió que en 1965 el archivero de la Catedral recopiló  documentos de 1789 en los que constaba una donación por un vecino de un cuerpo envuelto en una sábana. Al parecer, este vecino era muy beato y visitaba con frecuencia las catacumbas romanas. “En el registro del obsequio a la ciudad de Almería constaba como nombre Valentinus y de ahí que naciera el gran deseo de que se tratara del mismísimo cupido religioso el que yaciera por estas latitudes”… Sea como fuere, queridos lectores, el caso es que hoy es el día de los enamorados, ese día en que el amor platónico y aristotélico se unen en una sola sustancia indisoluble que envuelve cuerpo y alma. Así es el amor: una explosión, un chispazo apasionado donde Razón y Corazón se encaminan en una única dirección hasta la fusión ideal. Por otra parte diremos que San Valentín posiblemente ya existiría en la época romana porque, como muestra la tradición católica, fue uno de los tres mártires ejecutados el 14 de Febrero del año 270, durante el reinado del Emperador Claudio II. Cuenta la leyenda que el citado santo del amor se opuso al Emperador cuando éste prohibió los matrimonios para los jóvenes ya que, solteros y sin familia, servirían mejor al Imperio como soldados. Posiblemente esa atribución de patrón de los enamorados le venga a San Valentín de su desafío a Claudio II celebrando matrimonios secretos entre jóvenes. “El emperador Claudio dio orden de que encarcelasen a Valentín. El oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la vista. Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. Sin embargo, Valentín siguió preso y el  emperador ordenó que lo martirizaran y ejecutaran el 14 de Febrero del 270. Julia, agradecida al santo, plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo de amor y amistad duraderos.” Hoy dice la Historia que, desde finales del Siglo XVIII, las reliquias de San Valentín reposan en la Iglesia de San Antón (Madrid).







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