Ha sido oportuna la entrevista de Antonia S. Villanueva a Jesús Miranda Hita, exsubsecretario de Fomento, publicada ayer en estas mismas páginas. Lo ha sido porque se contextualiza dentro de las recientes reivindicaciones en torno a la mesa del ferrocarril –solicitud de adaptación del tren para discapacitados y llegada del AVE a nuestra provincia- pero, sobre todo, por las claves que el entrevistado brinda para entender nuestro histórico aislamiento –así, en general-.
Las carencias Porque se cacarean las carencias –por reales- en cuanto a comunicaciones e infraestructuras pero, muchas veces, no se va a la raíz que las propicia y que no es otra que la falta de influencia de nuestros políticos.
Lapidaria reflexión En todos los órdenes, y atinente a todas las administraciones. “Al final es tan crudo como un argumento de poder, de equilibrio territorial. En la práctica, a la hora de repartir una tarta que es pequeñita, o tienes poder para que te venga un trozo o no te viene un trozo, eso es todo … y si lo tuvieran [el poder] a lo mejor sencillamente lo sacrifican en virtud de la disciplina de partido”. Y ya. Esta lapidaria reflexión del otrora subsecretario de Fomento explica, en síntesis, el aislamiento, carencias o apartheid –dependiendo de quien lo pronuncie y para qué- en el que estamos sumidos los almerienses desde… siempre.
Y el problema es que, lejos de hacer una reflexión social conjunta sobre qué narices hacen nuestras señorías en Madrid o en Sevilla, optamos por alimentar las fauces del “y tu más” con el que nuestros políticos tratan de esconder sus incapacidades o desidias propias aireando las de los demás.
El PP gana por goleada Y aquí el PP va ganando por goleada. Porque ha conseguido instalar en la opinión pública almeriense – con una transversalidad alucinante- la idea de que la Junta de Andalucía nos discrimina. El hecho de que esta idea haya calado en buena parte del cuerpo social almeriense, sin que para comprobarlo haya que atender a parámetros ideológicos, ya sugiere que, al menos, se apoya en hechos contrastables.
¿Quién lo dice? Pero, ¿quién lo dice? Pues lo dice el PP de Almería, cuyo poder e influencia hoy en el ámbito nacional probablemente sea el más potente de su historia pero cuya implicación práctica de ello en el bienestar de los almerienses brilla por su ausencia. Se tira de filibusterismo parlamentario para ganar tiempo con un AVE que no va a llegar, al tiempo que – no sabemos por qué- los trenes de Almería siguen sin contar con la infraestructura necesaria para discapacitados.
El problema entonces es que, a veces, los intereses de los ciudadanos que te votan contradicen el interés partidista de quién te coloca. Y, para nuestra desgracia, creo que nuestras señorías tienen muy claro del lado quién hay que posicionarse ante esa paradoja.
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